A sus 88 años –de los cuales 75 han sido en la actuación– y sumido en unos problemas de movilidad cada vez más intensos, el actor Michael Caine ha dado por hecho que, a menos que se trate de un papel pequeño y de escasa exigencia en el plano físico, su retirada del mundo cinematográfico es prácticamente una realidad que no necesita confirmación.
En sus propias palabras, la jubilación está "más o menos" asumida por todos los que lo conocen y por él mismo, aunque hasta hace poco todavía le llegaban interesantes guiones que ha tenido que rechazar.