Hace unos días salió a la luz que Sam Smith había cobrado más de 300 mil dólares por viajar a Las Vegas, con todos los gastos pagados, para cantar una sola canción en la boda de la heredera de un imperio de casinos.
Esta práctica está muy extendida entre las estrellas de la música como Beyoncé, Elton John o Mariah Carey porque les permite embolsarse un dinero extra sin apenas esfuerzo.