Tras su divorcio de Kim Kardashian, que coincidió además con el inicio de las labores de promoción de su nuevo disco, Kanye West hizo las maletas y abandonó la lujosa mansión de Hidden Hills que habían compartido hasta entonces con los cuatro hijos que tienen en común.
Desde aquel momento, el rapero se había alojado provisionalmente en distintas localizaciones, incluido el estadio Mercedes-Benz Stadium de Atlanta, pero parece que ahora estaría listo para instalarse en su propio hogar.