Por las fotografías que, hace solo unas semanas, ella compartió en su cuenta de Instagram, parecía que ambos habían encontrado un verdadero paraíso donde disfrutar de una intimidad total en medio de la campiña inglesa. Sin embargo, ahora ha salido a la luz que la pareja ha tenido que mudarse por culpa de sus ruidosos vecinos: un rebaño de ovejas.
Según asegura el periódico The Sun, sus balidos a primera hora de la mañana no dejaban descansar a Cristiano, lo cual resulta clave para que rinda en el terreno de juego y para que su energía y precisión con la pelota estén a la altura de las expectativas en su publicitado regreso al equipo en el que se convirtió en una estrella internacional.