En principio, parecía que el último proyecto cinematográfico de Mark Wahlberg iba a suponer un cambio muy refrescante para él: en lugar de encerrarse en el gimnasio en las semanas previas al inicio del rodaje para trabajar aún más su musculatura, tuvo que subir de peso antes de meterse en la piel de un antiguo boxeador reconvertido en cura.
Mark Wahlberg no disfrutó engordar para un personaje
La perspectiva de comer lo que le viniera en gana suponía toda una novedad para el intérprete de 50 años, que acostumbra a levantarse en torno a las cuatro de la madrugada para entrenar y vigila mucho su dieta.
Sin embargo, pronto se dio cuenta de que cualquier cosa en exceso acaba perdiendo el atractivo.
"Por desgracia, tuve que consumir 7.000 calorías durante dos semanas, y subir hasta 11.000 durante otras dos", ha explicado ahora a su paso por el programa 'The Tonight Show with Jimmy Fallon'.
"Y fue divertido durante la primera hora. Es algo muy duro y muy físico. Perder peso también resulta difícil, pero simplemente no comes y te dedicas a hacer ejercicio. Pero en este caso tienes que seguir comiendo, incluso cuando estás lleno: me despertaba después de una comida y tenía que volver a comer. Comía cada tres horas. No era para nada divertido".
El otro problema con el que se enfrentó fue su propio metabolismo: ahora que ha entrado en la cincuentena, todo resulta más difícil y lleva más tiempo, que es justo lo que le faltaba en este filme."Llevaba seis años intentando hacer esta película, y solo teníamos 30 días para rodarla, y quería conseguirlo.
También estaba como loco porque había financiado gran parte yo mismo. Sabía que iba contrarreloj y jugándome mi propio dinero, y las cosas se hacen rápido cuando es así", ha bromeado.