Cuando Macarena Achaga recibió la confirmación de que interpretaría a Michelle Salas en la temporada 2 de Luis Miguel, la serie, se encontró con un gran reto, pues ella conoce a la hija de Micky desde hace mucho tiempo y lo que menos quería era hacer una imitación.
Si bien sabía a la perfección el dilema en el que se encontrara prefirió basarse en el guión y ponerle un poco de su cosecha.
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“De alguna forma, por supuesto que hemos estado conectadas siempre, pero siento que fue esto lo que terminó de unirnos en la distancia. Lo más importante es que hay mucho respeto de los dos lados.
¿Quién es quién en la T2 de Luis Miguel, la serie?
Desde el momento en que yo tomé este personaje lo hice con mucha responsabilidad, con la conciencia que estaba contando cosas sensibles que podían tener una repercusión en una persona. Hice siempre lo posible por enaltecer no solo el nombre de Michelle, sino de la mujer que yo interpreto, que al final, son personas distintas”, nos contó la actriz en exclusiva.
Macarena advierte: la Michelle de la vida real y la de la ficción son distintas, aunque ambas guardan ciertas similitudes. “[Ésta] es una Michelle nueva, que además la van a poder ver en una temporalidad en la que tampoco la conocían a ella, con lo cual viene a contar una parte que no se había escuchado antes y me emociona mucho. Es un personaje tridimensional, con mucha profundidad. Quise darle un enfoque muy real, un poco como yo me lo imagino, que es, muy maduro”.
Para construir su versión de Michelle Salas , Macarena escribió un diario de su personaje con el que se contaba a ella misma qué había sentido cuando había hablado con tal persona, o cuando había hecho tal cosa. “Eso le dio mucha carne y me permitió convertirla en un personaje y no en una caricatura de Michelle. Eso hubiera sido irrespetuoso”, dice Maca.
Además de las escenas con Luis Miguel, su personaje también tiene secuencias interesantes con Sophie (Stephanie Salas). En este sentido, hubo un gran reto porque ella y la actriz que interpreta a su mamá, Pilar Santacruz, son casi de la misma edad.
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“Nunca podrías creer que somos padres e hijos si nos vieras sin la caracterización. Fue uno de los desafíos más importantes porque para construir una relación padre-hija, que fue una de las cosas en las que más me enfoqué más fuertemente, era mucho más importante contar esa relación que la de una estrella de pop y una hija. Esa era mi intención.
Con Pilar fue esa contraparte, [Sophie] es la mentora, la guía y esta situación de rebeldía que uno vive en la adolescencia. Las escenas que tengo con Pilar son súper descriptivas. Van a ver que es una relación que se construyó con mucho esfuerzo por que la diferencia de edad es mínima. Hubo que hacer mucho trabajo de mesa para entender que estábamos contando la historia de una mamá y una hija”.
Por si algo hiciera falta, el personaje de Macarena tiene una tercera línea narrativa: su relación con Mauricio Ambrosi [Alejandro Asensi], el mejor amigo de Luis Miguel, que empieza en amistad y creemos, acabará en romance.
“Todas las escenas que tiene Michelle son significativas. Van a ver con Ambrosi una complicidad. La verdad quise reflejar hasta una parte de mi vida personal ahí: siempre he pensado que donde uno no se puede reír y no puede amar, se tiene que ir. Me parece que aquí se van a ver reflejadas cosas que yo quería que Michelle tuviera.
“Michelle tiene distintos tipos de amor en su vida, no es la misma relación que tiene con su mamá, con su papá o Ambrosi. Son distintos tipos de cariño, pero están, existen y también en particular, con Ambrosi tienen este grado de complicidad”.
Michelle Salas es uno de los personajes más importantes en la carrera de Macarena y quién lo hubiera pensado, tomando en cuenta que grabó su casting final en un baño en Turquía, el único lugar “digno” para hacerlo, pues ahí no había ruido u otros distractores. “Fue un poco alocada la experiencia, pero estuvo muy divertido y creo que de alguna forma, que yo interpretara a Michelle estaba destinado para mí”.