Así eran las noches en el Bar Bar, el hot spot favorito de Luis Mi y los famosos

Su inauguración, el 15 de noviembre de 1984, causó gran expectativa, pues fue uno de lo primeros lugares en manejar el concepto de club privado: sí, había que ser miembro para entrar.

Pero fue inevitable, los socios acudían con sus amigos y poco a poco se fue corriendo la voz de lo espectacular del servicio, la decoración, el ambiente y la música, y con el boca en boca se convirtió en uno de los clubes nocturnos más importantes de la capital mexicana.

Su nombre en realidad era Bar, pero cuenta Simón Charaf, dueño y fundador del lugar, que la gente decía: “Voy al Bar” y a la pregunta “¿A cuál bar?”, la respuesta siempre era “El bar Bar” y así fue conocido desde siempre.

En 1986, menos de dos años después de su inauguración y cuando México fue sede del Mundial de Futbol, el Bar se convirtió en el sitio preferido para ver las transmisiones de los partidos por el ambientazo que se armaba con los futbolistas nacionales y extranjeros que acudían a festejar.

Con el paso del tiempo, el Bar (que tenía una capacidad para 250 personas) empezó a recibir a personalidades de talla internacional como el ilusionista David Copperfield, Bon Jovi, Alejandro Fernández, Carlos Slim Domit, Thalía, entre muchos otros.

Incluso Madonna, cuando visitó México por primera vez en 1993 con el tour Girlie Show, no pudo irse sin antes conocerlo, pues, como decían, si no conoces el Bar Bar es que no habías conocido la Ciudad de México.

El Bar Bar abría los 365 días del año. Simón Charaf contó en exclusiva a Quién que el club cerró sólo en dos ocasiones: algunos días posteriores al terremoto de 1985 por respeto a las víctimas y en 2009, que tuvo que parar actividades durante una semana debido a la contingencia sanitaria por la epidemia del AH1N1. El lugar cerró sus puertas de manera definitiva en 2010.

Tal y como se mostró en el reciente episodio de Luis Miguel, la serie, Micky era asiduo cliente del lugar. Simón Charaf nos dijo que, a diferencia de otros clientes, “El Sol” desde entonces prefería la discreción, así que no era de los que se lanzaba a la pista a bailar.

“Cuando iba le gustaba pasársela a gusto de manera discreta. Había celebridades a las que les gustaba llamar la atención; él prefería ser discreto, Luis Miguel no era de los que bailaba. Si teníamos una mesa más escondida y nos decía: ‘Ponme allá para estar más a gusto’. Y sí, hubo gente como Thalía que, de repente, se paró a bailar en la mesa y la gente se volvió loca”.

Justo una de las razones por las que el Bar Bar era el preferido de las celebs era porque de cierta manera estaban protegidas por el local: bajo ningún esquema estaba permitido tomar una foto; ni siquiera el personal tenía autorización de pedir fotos a los famosos. Además, en esa época no existían los celulares con cámara, así que los famosos no tenían miedo de ser captados por alguna lente indiscreta.

“Como club privado, todo mundo conocía las reglas. Las celebridades iban, se la pasaban muy a gusto; no hacían nada indebido, sólo iban a divertirse, lo que en otro lado no podían hacer”, asegura Simón Charaf.

A 11 años de su cierre definitivo, el empresario sigue recordando con mucho cariño este lugar que hizo toda una época en México.

"Lo que puedo decir es que quien vivió el Bar Bar dice 'Las mejores noches de mi vida las pasé ahí'. Si ves las fotos del Bar, ves unas caras de felicidad te dicen todo. Para mí es una satisfacción muy grande porque para eso lo abrí: para que mis amigos tuvieran su club privado, que se divirtieran a gusto y ver sus caras y escuchar sus comentarios. Ese era mi sueño".