Ahora que Frida Sofía ha vuelto a los reflectores después de las fuertes declaraciones que dio en una entrevista sobre el abuso que habría sufrido por parte de su abuelo, Enrique Guzmán desde que tenía cinco años, recordamos algunas de las revelaciones que hizo para Quién en la edición de agosto de 2019.
Frida Sofía le confesó a Quién, la dura infancia que tuvo al crecer en medio de los shows de su mamá y la fama de su familia. En dicho encuentro, Frida se asumió con una persona solitaria y con un pasado lleno de conflictos.
Publicidad
Al ser cuestionada sobre la infancia que recordaba y si había vivido con Alejandra Guzmán, Frida fue abierta y clara al decir que su infancia estuvo en constante cambios y viajes, lo que afectó su rendimiento escolar.
“Vivía en la casa de mi mamá pero no con ella, por su trabajo, estaba de hotel en hotel. Obviamente, al ser mamá soltera me trataba de llevar a todo, pero cuando empecé la escuela todo se complicó. Me afectó porque cuando me iba con ella me atrasaba mucho, o sea la frase ponte al corriente es lo peor que me puedes decir. Cuando me mudé a Estados Unidos me volví muy organizada, conocí lo que era la disciplina y la independencia porque estaba sola”, dijo.
Respecto al tema de la soledad, la hija de la intérprete aseguró que hasta la fecha se considera una persona muy solitaria y disfruta de ello.
“Sí, y sigo siendo una persona muy sola. Siento que la soledad puede ser un poquito peligrosa porque te encuentras. En realidad llega un punto en el que dices que flojera salir o cuando estás con gente se contamina esa tranquilidad que a veces se consigue con la soledad. Yo prefiero estar con mi perrito.
Por otro lado creo que tampoco puedes vivir en una burbuja. La soledad, aparte de que me ha enseñado muchas cosas, me ha hecho crecer, y qué bueno. Imagínate que me hubieran dado todo… Y seguido ya sabes lo que dicen que si soy la nini, la manzana podrida de la familia tres. Ni idea tienen”, respondió.
Publicidad
Las cosas fueron más difíciles para la joven, quien vivió violencia psicológica y una serie de abusos que formaron su carácter rebelde, según sus propias palabras.
“Sí, violencia psicológica, pero también física. Tuve una infancia muy difícil, en realidad creo que no tuvo infancia, y pienso que parte de mi madurez viene de eso. Puedo comportarme como una mujer hecha y derecha, pero de repente me dan unos berrinches de niña de tres años. Yo me siento tranquila con lo que he dado ya que todo me ha nacido del corazón; no soy mala persona y nunca lo he sido. Soy rebelde y digo groserías, soy muy aventada, pero eso no tiene nada que ver con el ser humano que soy”, explicó.
Pese a lo anterior, la cantante encontró un refugio muy importante también en su infancia, pues comenzó a escribir desde los diez años.
“Empecé escribir desde los 10. Antes de irme a conectar recuerdo estar en la casa de mi abuela Estela porque no podía quedarme en la mía por seguridad, tenía un piano así que me puse a tocar y escribir, y salió mi primera canción.
Pero me fui y no pude darle seguimiento a mi pasión, me enfoque completamente en otra cosa, en otra cultura, en otro país, otro lenguaje, y todo cambia