La mansión que el rapero canadiense Drake tiene en la ciudad de Toronto se convirtió ayer martes en el escenario de una inusual operación policial en la provincia de Ontario.
A diferencia de lo que suele ocurrir en los barrios angelinos donde conviven tantos famosos, la urbe canadiense no suele ser testigo de intentos de allanamiento de morada por parte de los fans más fervorosos o desequilibrados de las estrellas del cine o la música, por lo que el suceso de ayer generó una gran repercusión en la prensa del país.