Empezó a los seis años tocando en una sinfónica infantil en Iztapalapa, como parte del programa social de Orquesta Juveniles de México, en los 90. “Yo quería tocar el saxofón como Lisa Simpson, pero terminé tocando el violín”, nos contó Armando entre risas vía Zoom.
Era tanto su respeto por la música que terminó dejándola, pero sabe que fue así como descubrió esa vena artística que lo ha llevado a festivales internacionales como Cannes y Sundance.
Estaba ya en su segundo año en la máxima casa de estudios cuando Amat Escalante le pidió audicionar para Heli, su tercer película. “Yo seguía su cine y el de Reygadas, así que cuando supe que me quedé con el papel, decidí dejar la escuela, aunque todo mundo me decía que estaba loco”.