Al revuelo generado por las declaraciones de varias mujeres en contra del cantante Marilyn Manson , en las que se le acusa de abuso sexual, se suma el de la actriz Esmé Bianco, conocida por dar vida a Ros, en la serie Game Of Thrones.
Esmé confirmó los señalamientos que otras mujeres han hecho contra Manson.
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En una entrevista para la revista The Cut, la actriz británica dio detalles de la relación que mantuvo con Marilyn; detalló que aunque conoció al cantante en 2005, no fue sino hasta 2009 que comenzó un romance con él, en ese mismo año, fue invitada a participar en uno de los videos de Manson, material en el que fue atada de manos, según recordó.
Bianco contó que viajó hasta Estados Unidos y cuando llegó a la casa del cantante comenzaron a trabajar en el clip, sin embargo a los pocos días de su llegada Manson adoptó un comportamiento violento: la azotaba con un látigo, le amarraba las extremidades con cables y la sometía con un juguete sexual. "Solo es Marylin Manson siendo dramático, vamos a hacer un gran arte aquí", pensaba Bianco.
Con el paso de los días, las conductas violentas incrementaron y la actriz británica empezó a tener miedo por los arrebatos de Manson. Narró que no podía ver a nadie y que no tenía copia de las llaves de la casa para evitar que pudiera salir.
"Varias veces desperté con él sacudiéndome muy fuerte porque me había ido a dormir sin pedirle permiso", contó.
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Pero las cosas no pararon ahí, de acuerdo al testimonio de Esmé, Manson la agredió en varias ocasiones con un cuchillo, realizando cortes en su torso.
"Solo recuerdo haber estado tirada ahí sin dar pelea. Era como estar viviendo ese momento final en el que pierdes todo sentido de esperanza y seguridad", aseguró.
El escalofriante relato de la actriz terminó con una anécdota muy fuerte: fue perseguida por Marilyn con un hacha dos años después de haber iniciado su noviazgo y cuando ella decidió terminar la relación.
"Estaba en modo sobreviviente en ese momento y mi cerebro me había enseñado que debía ser pequeña y estar de acuerdo en todo. Básicamente me sentía como una prisionera. Iba y venía según él decía, controlaba completamente con quien hablaba. Incluso tenía que llamar a mi familia escondida en un closet", concluyó.
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