Manolo Caro celebra su primera nominación a los GLAAD Awards
Manolo Caro nos habla en exclusiva de su primera nominación a los GLAAD Awards y de su nueva serie para Netflix, 'Érase una vez pero ya no' con la que aborda de una nueva forma los cuentos de hadas
Manolo Caro está de fiesta pues su miniserie Alguien tiene que morir está nominada a los GLAAD Media Awards que otorga la Alianza Gay y Lesbiana en Contra de la Difamación, que reconoce y honra a varias ramas de los medios de comunicación por sus destacadas representaciones de la comunidad lesbiana, gay, bisexual y transgénero (LGBT) y los problemas que afectan sus vidas.
Platicamos con el creador mexicano, actualmente radicado en España, quien nos habló de la sorpresa que le causó esta nominación, de su vida en Madrid y de el nuevo proyecto que trae entre manos, la serie Érase una vez pero ya no con la que da una visión muy distinta de los típicos cuentos de hadas.
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¡Felicidades por tu nominación a los GLAAD Media Awards! ¡Estoy muy contento! Es una nominación que no nos esperábamos y es un premio muy importante para la industria y que haya llegado en este momento está increíble. El equipo está bien contento.
¿Cómo te sabe esta nominación tomando en cuenta que Alguien tiene que morir fue el proyecto con el que te alejaste de la comedia? Te hace sentir que las cosas han valido la pena y que la apuesta ha salido adelante de una forma u otra. Siempre que se reconozca tu trabajo en los premios y más en estos, que tienen algo muy especial para la gente que está intentando abrir una brecha de comunicación en temas que se han visto marginados en la mesa, en el día a día de nuestro quehacer televisivo. Eso me tiene contento y me tiene también feliz que sea en un género que no manejo habitualmente ni en el que me siento más cómodo. Si bien la comedia me ha dado muchas alegrías, con La casa de las flores, por ejemplo, con GLAAD nunca logramos una nominación, que también tenía mucho por dónde apostar a que sucediera.
¿Cómo va a ser la logística de asistencia para la ceremonia? Debido a la pandemia intentarán hacerlo a la distancia porque es complicado viajar. Justo para esas fechas tendría complicado ir a Estados Unidos porque estaré filmando en España mi nuevo proyecto. Entonces supongo que si es presencial no podré ir, pero si es virtual, estaré ahí a la ceremonia. A parte, estoy nominado con gente querida, amigos que conozco bien. Puede estar muy divertido.
¿Dar voz a la comunidad LGBTQ+ es un must en tus proyectos o depende de la historia? En el momento en el que lo sienta así lo dejaré de hacer. Siempre he intentado ser congruente con lo que estoy sintiendo y plasmando en mi trabajo.Sucede de manera natural porque son temas que me atañen, que me importan, son temas a los que me interesa darles voz y darles otra perspectiva. Por ejemplo, en Alguien tiene que morir estamos hablando de una ley, la de Vagos y Maleantes que se impuso y realmente lo que hablaba era de una persecución contra los homosexuales en la época de la dictadura de la post guerra. Era un tema que casualmente en España, aunque se ha hablado tanto del franquismo en los medios audiovisuales, de esta persecución en específico no se había tocado o no se había ahondado en ello. Creo que es lo que impuso que suceda este reconocimiento por parte de GLAAD.
Declaraste que con tu trabajo intentas dar voz a lo que no pudiste tener en tu vida personal. ¿A qué le diste voz en Alguien tiene que morir? Justo a ver a un personaje protagonista que se está redescubriendo, que está entendiendo quién es, cuál es el lugar que ocupa en su familia, cómo lo puede defender, cómo también tiene una relación más que física, psicológica o afectiva con su mejor amigo sin darse cuenta que no va a ser correspondido; cómo aventarse ese salto desata una locura y una persecución de un régimen que fue completamente castrante. Para mí eso era importante decirlo, hacerlo, y también desmitificar muchas cosas como el baile. Cuando está envuelto en una historia un bailarín de ballet, hay una tendencia a pensar que tiene que ser homosexual. Hay como un prejuicio a ciertas profesiones que también es importante quitar si es que queremos hablar del tema y visibilizar.
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¿Qué otros pendientes personales aún quedan por tocar en tu obra? Sí. Ahora con Érase una vez pero ya no, el nuevo proyecto que estoy ejecutando para Netflix, la plataforma donde tengo un contrato de exclusividad, justo que por la pandemia, es un proyecto que es muy divertido, que tenía muchísimas ganas de disfrutarlo, de cantar, bailar y hacer una reinvención del cuento de hadas. Ahora lo que me mueve hoy en día es pensar y decirle a las nuevas generaciones que todas esas películas con las que crecimos, que son cuentos de hadas que nos han contado desde pequeños, también tienen fecha de caducidad y que las cosas han cambiado y que la búsqueda del amor y de la felicidad no tienen que tener los mismos patrones que cuando se crearon. Ahora una mujer no tiene que pensar que puede ser una princesa a base de un príncipe. Puede haber una búsqueda de ellas como profesionales, mujeres solteras, que tienen la decisión de su cuerpo, su vida y los hombres también. Eso me tiene emocionado. Hacer un cuento de hadas en esta época es un regalo que me da la empresa y espero salir bien librado de ella.
¿Cómo te sentiste explorando el suspenso? Es un género que yo disfruté mucho. Dirigirlo fue muy divertido. Nunca lo había dicho y claro que lo volvería a hacer. Quedé satisfecho con el trabajo realizado, tengo muchas historias aún que contar. Si te soy sincero, claro que hay una añoranza de volver a la comedia. Ahora con Érase una vez.. también tiene tintes de comedia también muy hilarantes, pero quiero ser un director que no está atado a un género. Seguiré intentando experimentar mientras exista el apoyo de Netflix o de la empresa con la que colabore el día de mañana.
Llevas ya un tiempo radicando en España. ¿Por qué decidiste vivir ahí? Obedece a una inquietud artística. Ahora se me abrió la oportunidad de salir un poco de la zona de confort, de abrirme camino en otra industria. Llevaba 10 años trabajando en México sin parar. Haciendo teatro, televisión, cine y ahora con esta oportunidad que me da Netflix de explorar nuevos horizontes, aquí en España se me han abierto las puertas; a Alguien tiene que morir le ha ido muy bien, La casa de las flores fue una serie que tuvo una recepción muy particular, se volvió de culto en un pequeño grupo de gente española, pero fue muy interesante y tengo ganas de estar acá. Me gustaría pensar que después regresaré a México y tendré nueva energía y nuevos aprendizajes para contar historias cien por ciento mexicanas, pero ahorita sí me quedan un par de años por acá.
¿Qué tan diferente es tu vida en España? La verdad, no es muy diferente. Me despierto, voy a la oficina, me toca trabajar y pre producir una serie. Claro que hay una cosa muy loca que me pasa que es como empezar de nuevo. Empezar a conocer a gente de la industria, abrirte paso en los medios, tener una voz, que descubran cuál es tu tirada, qué es lo que te interesa hacer. Pero, ¿mi vida? no, no es muy diferente a la que tenía en México. También (Madrid) es una ciudad que conozco bien. Estudié acá, ésta es como la tercera vuelta que tengo pasando una temporada en España, entonces ya me lo domino más y ayuda tener buenos amigos que he hecho en estos años de profesión, con los que he colaborado, como una Paz Vega, Carlos Bardem, gente muy querida con la que sigo en contacto y que han estado en proyectos como los hermanos León. Y con estos nuevos proyectos, también generando nuevos lazos para que el día de mañana poder hacer un puente más cercano entre España y México.
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¿Érase una vez pero ya no es musical? Es una reinvención de los cuentos de hadas, con todo lo que implica hacer un cuento de hadas, que es tener canciones durante los episodios que ayuden a narrar. Pero cada vez se convierte más en el anticuento de hadas más allá de un musical.
¿En qué etapa te encuentras a nivel profesional? Espero que en la etapa de crecimiento y que no vaya esto para mal. Creo que (estoy) en una etapa mucho más madura, me siento más pleno, más tranquilo con lo que hecho, con los aciertos y los desaciertos como era al principio. En esta carrera es muy difícil abrirte paso y hacerte de una voz y ahora puedo decir, sin pretensión, que lo he logrado, lo tengo y eso me hace más fácil llevar a cabo mis proyectos.
¿Qué le dices a los fans que siguen esperando una temporada 2 de Alguien tiene que morir? Me da risa que me lo ponen en redes sociales. Es un proyecto que siempre se anunció como una miniserie y donde se muere casi todo el elenco. Entonces, me era imposible hacer una temporada 2 y era un experimento también de formato que queríamos llevar a cabo y ahí se terminó. Pero ahí viene Érase una vez pero no y seguramente vendrá algún proyecto para el segundo semestre del año. Todavía no lo hemos decidido.
¿Y a los que quieren que hagas otro proyecto con Ester Expósito y Alejandro Speitzer? Me encantaría, pero siempre dicho románticamente que los proyectos tienen vida propia y ellos van eligiendo en qué momento se hacen, en qué país se hacen y con qué actores. Si llegáramos a coincidir me daría muchísima ilusión porque son dos personas que quiero mucho, que considero mis amigos, pero ahorita, en mi cabeza profesionalmente está puesta en el elenco de Érase una vez y en llevarlo a cabo. Alejandro tiene los proyectos que ha anunciado, Ester también sé que está preparando por ahí cosas. Pero esta carrera tiene sorpresas, uno nunca sabe y terminamos pronto trabajando juntos.
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