Freddie Mercury siempre reconoció a Mary Austin como el gran amor de su vida. La mujer a la que el vocalista de Queen le escribió Love of my life, con quien mantuvo un pasajero, pero intenso romance hasta que se reconoció como homosexual, su compañera hasta los últimos días de su vida y a quien Freddie se refería públicamente como su esposa.
Luego de la muerte de Freddie Mercury, Mary se convirtió en la principal heredera de su fortuna, además de haber resguardado por dos años las cenizas del músico. Sin embargo, pese a la fortuna que Freddie le dejó, incluida Garden Lodge, la mansión valuada en aquel entonces en 22,5 millones de dólares, donde ella vive hasta el día de hoy, la vida de Austin no ha sido nada fácil, y hasta hay quienes la definen como una maldición.