Así fue el paso de Maradona por los Dorados de Sinaloa

Una vez que Maradona comenzó a trabajar con el equipo , fue como una inyección de compromiso por parte de los jugadores, quienes además de tener una gran admiración por Diego Armando, también valoraban el esfuerzo que él hacía para asistir puntual a todos sus entrenamientos, pese a los padecimientos de salud que presentaba, especialmente en las rodillas.

“Eso se vio reflejado de manera tangible en cómo Dorados fue ascendiendo en la tabla. Iban tan bien las cosas anímicamente dentro de Dorados que comenzaron a subir, eran los mismos jugadores que estaban con el equipo al fondo de la tabla y fueron los mismos que llegaron a dos finales”, dijo Ocy´e.

Aunque no ganaron en ninguna de las finales, la etapa de Diego refleja cómo el equipo fue evidentemente de menos a más, no solo en deportivo sino también en lo anímico, tanto para el equipo como para la gente del club e incluso para él mismo, quien mejoró mucho su estado de salud y hasta su semblante.

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Pese a los rumores de que Diego Armando era una persona complicada al trato y que en ocasiones se llegó a pensar que era engreído por su condición de figura mundial en el futbol, en Dorados la historia fue otra. La mayoría de los jugadores siempre se dirigieron a él “de usted” por un tema de respeto, incluso cuando a él no le encantaba la idea. De parte de Maradona, creó una relación basada en la complicidad y la cercanía, como si se tratara de una convivencia de padre e hijo.

“La verdad nunca me tocó ve nunca ningún tipo de pleito extraño, todo fue armonía en ese sentido, más allá de la adrenalina después de un juego que se calientan los ánimos. Fue una relación bien bonita”, aseguró Ocyé.

Tenía sus días buenos y sus días malos, el equipo aprendió a leerlo y se daba cuenta cuando no era un buen día y a pesar de ello, Diego nunca le faltó al respeto a nadie ni con las palabras. Por ejemplo, si uno de esos días ya tenía pactada una entrevista, aunque no estuviera pasando por un buen momento siempre accedía a hacerla, tal vez no con el mismo ánimo, pero cumplía con su deber.

Cabe mencionar que en aquel entonces, el ex futbolista argentino tomaba medicamentos muy fuertes para aminorar la afección que tenía en las rodillas, un tema crónico de muchos años. Sus médicos consideraban que tenía un umbral del dolor muy alto, ya que personas con el mismo padecimiento que tenía él no soportaban el dolor de estar de pie, mientras que Diego además caminaba y a veces entrenaba con los jugadores.

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“Aquí tuvo una recuperación porque tenía un terapista que se enfocó cien por ciento en él, al mismo tiempo estaba contento de vivir aquí. Comía bien, dormía mejor, tenía un compromiso y por eso mejoró muchísimo, a pesar de los problemas que tenía de años”

Inicialmente, el equipo tenía una casa para Maradona, sin embargo, se sintió más cómodo en un hotel y nunca habitó la casa donde aparentemente sus vecinos se rehusaban a que viviera, lo que finalmente fue un rumor. En realidad era muy tranquilo, “[Diego] convivía mucho con el staff, con el masajista y los utileros, hacían asados y comidas", dijo Ocyé.

Mientras estuvo en Culiacán, Diego Armando también mostró su lado más altruista y una prueba de ello era la aportación de monetaria al personal del equipo que menos dinero ganaba. Además, después del paso del huracán Willa y la tormenta tropical 19E, el entonces director técnico de Dorados organizó una cena para recaudar fondos para los damnificados.

Finalmente, el día que Diego se fue de Culiacán no solo fue porque su ciclo con Dorados había terminado, sino también porque tenía que viajar a Argentina para operarse de las rodillas y por temas de salud ya no regresó .