La Primera Ministra destacó, en un tono más político, que "Sean fue un defensor de por vida de una Escocia independiente y aquellos de nosotros que compartimos esa creencia le debemos una gran deuda de gratitud. Fue un privilegio haberlo conocido. La última vez que hablé con él, estaba claro incluso entonces que su salud estaba fallando.
"Pero la voz, el espíritu y la pasión que todos amamos tan bien seguían ahí. Lo extrañaré. Escocia lo extrañará. El mundo lo extrañará. Mis pensamientos y condolencias están con (Roquebrune) Micheline, sus hijos y toda la familia. Descanse en Paz, Sir Sean Connery", abundó Nicola Sturgeon.
El hombre detrás del mito
A los 13 años, Sean dejó de ir a la escuela y se puso a trabajar como repartidor de leche. A sus 16 ingresó a la Marina, su intención era permanecer siete años en el servicio, pero lo dejó cuando tenía 19, cuando comenzó a trabajar en construcciones o funerarias, además de que fue modelo en la Escuela de Bellas Artes de Edimburgo.
Su galanura le permitió ser parte de Míster Universo en Londres, gracias a esa participación llamó la atención de un director teatral, quien rápidamente le ofreció un papel en el musical South Pacific. En ese momento nacería el ya icónico Sean Connery, ya que el joven decidió que ese sería su nombre artístico.
Su carrera en la actuación comenzó en películas y programas de televisión, entre otros el célebre Requiem for a Heavyweight, de Rod Serling para la BBC. Siguió con La frontera del terror, de Terence Young y un año más tarde en Brumas de inquietud, de Lewis Allen, con Lana Turner, en la que mostró un aspecto polémico de su personalidad.