“Me lo quité porque pedí algo de comer en el avión y en cuanto regreso a la Ciudad de México… regresé un jueves y el domingo me empecé a sentir mal. Empecé con dolor de cabeza, un dolor fuerte pero no le hice caso. Me dormí, y el lunes amanecí con temperatura muy alta, mareado, un dolor de cuerpo muy fuerte. De hecho ni siquiera podía agarrar el celular, porque me dolían mucho las articulaciones, los pies, las manos, los brazos; el dolor de cabeza seguía, sudaba mucho, me dolía la garganta y decidí esperarme. No quise hacer nada”, contó José Eduardo Derbez .
Al ver que no mejoraba, llamó a un laboratorio para que le hicieran las pruebas y ahí fue cuando confirmó que sí se había contagiado.
“La verdad sí me puse un poco nervioso. Al día siguiente me llega la prueba dando los resultados positivos y me puse muy mal. Me espanté mucho. Me puse muy mal, lloré bastante, me angustié, no sabía cómo decírselo a mi familia, cómo contarles".
“Primero respiré, me calmé, me tranquilicé. Y ya que estaba más tranquilo le avisé a mi mamá, a mi padrastro, a mi papá, a mis hermanos, mis tías. A toda mi familia les fui avisando poco a poco. Toda mi familia me dio muchísimas palabras súper lindas; me apoyaron. Mi mamá y mi papá se preocuparon”.
Finalmente José Eduardo Derbez se hizo estudios de sangre que confirmaron que estaba libre de Covid-19. “Gracias a Dios no me fue tan mal. He escuchado de personas que pierden la vida, o están hospitalizadas mucho tiempo o se quedan con secuelas. “La verdad agradezco que no me fue tan mal. Los primeros tres o cuatro días fueron los difíciles”.
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