El rockero se mantiene fiel a una rutina muy sencilla que consiste en lavarse la cara con agua, exfoliarse con arena y usar un jabón de almendra de Dr. Bronner para el cuerpo y el pelo.
La fascinación que generaba inicialmente el atractivo físico de Lenny Kravitz ha ido dando paso a una obsesión colectiva por descubrir cuál es el secreto de su aparentemente eterna juventud. Lo cierto es que el rockero -que el pasado mayo cumplió 56 años- apenas ha cambiado desde los inicios de su carrera profesional, pero no precisamente porque él se esfuerce demasiado por combatir el paso del tiempo.