Un día Pati Chapoy la llamó a su oficina. “Pati un día me llamó y me dijo: ‘cambiaron mucho las cosas cuando tú estabas y la verdad es que te fue tan bien; me la volteó, te fue tan padre que queremos que tengas tu propio programa, y que ya no estés en Ventaneando”, agregó. “Yo dije ay sí, gracias, porque la verdad es que ya no me querían ni yo a ellos”.
“A la hora que me despiden de Ventaneando, me la hicieron en las trajineras de Xochimilco un día que grabamos el programa. Fue como a las 11 de la mañana un miércoles, no había nadie, no había nada, ahí me hicieron la despedida”, dijo.
Martha Figueroa aclaró que su “primera corrida histórica” fue como una negociación, y “el último día que salí de la oficina de Pati fue ‘ay, que te vaya padrísimo’. Y así me fui, abrazo, beso, medio me quitaron la ley del hielo para despedirse de mí y ya me la volvieron a aplicar”.
Aunque ella se fue en los mejores términos, su relación laboral con Chapoy se vio afectada. “Al día siguiente empezaron a sonarme por todos lados, ellos empezaron a tirarme horrible y yo me empecé a defender. Y ya les conté, por hacer bien mi chamba y porque hubo envidias, no es porque sea insoportable y todo lo haga mal”, concluyó.
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