Lady Gaga no pudo evitar desahogarse sobre una etapa de su existencia, cuando ya había alcanzado la fama y prestigio mundial que tiene ahora en la que se encontraba profundamente "deprimida", "triste" y hasta cierto punto avergonzada de haber tenido que crear un alter ego para escapar de sus propios demonios personales.
"Solía levantarme por las mañanas y volvía a tener presente que me había convertido en Lady Gaga, una persona diferente. Y después me sentía deprimida y triste, como si no quisiera ser yo misma. También me sentía amenazada por todas esas cosas que mi carrera musical había traído a mi vida, como el cambio de ritmo", reveló la estrella del pop en entrevista a la revista People.