Ayer causó revuelo en redes sociales una carta supuestamente redactada por Thalía y dirigida nada más y nada menos que a María Félix, la reconocida actriz de la Época del Cine de Oro. De acuerdo con información que trascendió, el documento fue redactado en 1997.
La carta fue dada a conocer en la página de Facebook de la diva del cine nacional. Los administradores de la misma compartieron algunos detalles del momento en que la cantante entregó el manuscrito.
Thalía habría redactado la carta después de su primer y fugaz encuentro María Félix. Según se cuenta en el perfil de Facebook de la estrella del cine, el 3 de agosto de ese año, la esposa de Tommy Mottola vio a la diva del cine nacional en la entrada de su casa, justo cuando La Doña regresaba de un viaje que hizo a Cuernavaca en el Lincoln color plata que le regaló Emilio Azcárraga Milmo. Apenas un fugaz encuentro bastó para que Thalía quedara deslumbrada ante la presencia de la actriz.
"Señora María Félix: Doña, no puedo quedarme callada después de lo que mis ojos vieron el pasado domingo 3 a las 22:43 horas en una calle de Polanco. Vi la imagen más impactante en mi vida”, inicia la carta.
“El marco de la puerta principal de su casa dejaba ver el majestuoso interior en tonos dorados y marfiles con una bella luz cálida que resaltaba una imponente y estética figura dando instrucciones a un chofer con esa fuerza que la caracteriza”, se lee en la hoja redactada aparentemente de puño y letra de la intérprete de “Amor a la mexicana”.
"María, la amo y admiro profundamente con respeto, cariño y la esperanza de que en algún momento de esta vida pueda gozar viéndola personalmente. Con todo respeto y admiración, Thalía”.
De acuerdo con información publicada en la página, el 5 de agosto de 1997 tocaron la puerta de la residencia de María Félix, cerca de las 2 de la tarde, y entregaron las carta con un ramo enorme de rosas rojas y una canasta de dulces típicos mexicanos.
Se dice que María Félix le habló a Thalía por teléfono para agradecerle el gesto y desde entonces inició una gran amistad. Cuentan que pasaban largas horas hablando por teléfono y siempre quedaban en verse en persona, pero por ocupaciones y viajes de ambas nunca se concretó el encuentro.
