Kim Kardashian la vio un poco difícil hace un año con el lanzamiento de su colección de ropa interior moldeadora, pues no estuvo exento de cierta polémica debido al nombre inicial que había elegido para la marca, Kimono (que no gustó nada en Japón).
Sin embargo, el proyecto de la empresaria convirtió en un verdadero éxito capaz de recaudar dos millones de dólares en los primeros minutos a la venta.