La inspectora Susana C. reconstruyó paso a paso la vida de Shakira y así pudo demostrar su imperio económico, además de comprobar que no vive donde tiene residencia desde 2007. La inspectora se sumergió detalladamente en la vida de la cantante colombiana en Barcelona para demostrar que no vivía en Bahamas, como lo aseguró, sino en España, y que por ello debía pagar sus impuestos en España.
Fue así cómo se enteró que la artista recibía clases particulares de francés, que su profesora de zumba se llamaba Betsie, que iba a arreglarse el pelo dos veces por semana, que sus gastos en restaurantes y hoteles los pagaban sus asistentes con tarjetas de crédito de American Express y hasta sabe que cuando acudía a la clínica Teknon donde dio a luz a sus hijos, lo hacía bajo el pseudónimo de Sila Prieto.