Hace una semana se cumplieron seis años del suicidio de Robin Williams y algunos datos desconocidos salieron a la luz, por ejemplo, la fuerte depresión que padecía debido a su divorcio y a un mal diagnóstico clínico.
Ahora es el cineasta Shawn Levy, con quien Robin trabajó en la película Una noche en el museo 3, el último trabajo filmográfico del actor, quien dio testimonio de la tristeza que invadió a Robin en sus últimas semanas de vida.
“Yo diría que un mes después de la filmación, estaba claro para mí, estaba claro para todos nosotros en ese set de rodaje que algo le estaba pasando a Robin”, dijo el director para el documental Robin’s Wish.
Los últimos reportes médicos de la muerte del actor revelaron que Williams padecía un tipo de demencia incurable que tiende a manifestarse de forma agresiva en el cerebro y suele aumentar el riesgo de suicidio.
“Vimos que Robin estaba sufriendo de una manera que no lo había hecho antes por recordar frases y combinar las palabras correctas con la actuación”, recordó el director.
Shawn ha revelado que el actor mostró una inseguridad inusual frente a su personaje y parecía muy perturbado, al punto de recibir llamadas del actor en plena madrugada para consultar si podía usar o no ciertas líneas en la filmación.
“Cuando Robin me llamaba a las 10 de la noche, a las dos de la mañana, a las cuatro de la mañana, y me decía ‘¿Se puede usar? ¿Se puede utilizar algo de esto? ¿Apesta? ¿Qué está pasando?‘, yo lo tranquilizaba”
El documental recoge los testimonios de las personas que convivieron con el entrañable actor en sus últimos días. Se inspira en el deseo que Robin manifestó con algunos de sus amigos al hablar sobre los síntomas de depresión.
“Sin perder el ritmo, Robin dijo: ‘Quiero ayudar a la gente a tener menos miedo”, dijo Susan Schneider, viuda del actor, razón que llevó a sus allegados a producir dicho documental.
De acuerdo con la investigación que realizó el periodista Dave Itzkoff, quien es redactor de Cultura del diario The New York Times para su libro Robin, el actor atravesó momentos realmente llenos de oscuridad que lo orillaron a tomar la decisión de quitarse la vida.
Según el estudio de Dave, las principales causas que llevaron al actor a la muerte fue la suma del gran miedo que sentía de no poder volver a hacer reír, el dolor no superado de su separación de Marsha Garces, su segunda esposa y madre de dos de sus tres hijos, y lo que habría sido un diagnóstico médico equivocado, pues él creía padecer Parkinson, sin embargo en su autopsia detectaron demencia con cuerpos de Lewy, un síndrome degenerativo incurable asociado al riesgo de suicidio.
