Su entonces esposa Courteney Cox tampoco comprendió los motivos que le llevaron a adentrarse en un deporte tan violento, por mucho que le apasionara, sabiendo que podría costarle su carrera en Hollywood.
"Yo todavía estaba en 'Friends', todo nos iba muy bien en el terreno profesional, y de pronto él se puso a pelear. Recuerdo que me sentí muy avergonzada porque además no hubo nada discreto en la forma en que empezó a hacerlo", admitió su famosa exmujer en declaraciones al periódico The Guardian.
Tal y como ella se temía, sus esfuerzos por ganarse el respeto de los fans de la lucha le hicieron perder el de la gran mayoría de sus compañeros de profesión. Por su parte, Arquette considera que su propensión a ponerse en situaciones en que acabaría "haciendo el ridículo" era solo una excusa para seguir "castigándose" a sí mismo.
"Es lo mismo que participar en un combate de Death Match", afirmó refiriéndose a la modalidad que se caracteriza por su violencia al no aplicarse las reglas que dominan en otros estilos y en la que él participó en 2018 para acabar recibiendo una brutal paliza y un corte en el cuello. "¿Por qué hacerlo? Bueno, es una manera de atontarte con el dolor", señaló.
#YoMeQuedoEnCasa: Descarga gratis la revista digital de agosto (da clic en la imagen)