El fin de semana pasado, Kim Kardashian voló a Cody, Wyoming, pero no para aclarar las cosas con su esposo, el rapero Kaye West, ni para hacer las paces con él. Fuentes aseguran que en realidad viajó para hacerle saber que su matrimonio había terminado.
La revista People confirma que al agotarse todas las posibilidades de salvar su relación, la empresaria llegó a la conclusión de que lo mejor para todos es dar por concluida su historia de amor, que incluye cuatro hijos en común: North, Saint, Chicago y Psalm.