Madonna ha recurrido a su cuenta de Instagram para presumir orgullosa de los ocho años que lleva desafiando a las autoridades rusas y negándose a pagar la multa de un millón de dólares que se le habría impuesto por las declaraciones en defensa de la comunidad LGBTQ+ que realizó en uno de sus conciertos de 2012.
"Di este discurso en un concierto en San Petersburgo hace ocho años. El gobierno me sancionó con un millón de dólares por apoyar a la comunidad gay. Nunca pague", afirmó la cantante al pie de un video de aquel show que publicó en su perfil de Instagram.