Dicen que quien no conoce el salón Los Ángeles no conoce a México. Esta mítica sala de baile, frecuentada entre otros por Frida Kahlo y Cantinflas, corre ahora el riesgo de desaparecer por la crisis del coronavirus y borrar más de ocho décadas de historia colectiva del país.
Las flautas y timbales del danzón callaron el pasado 22 de marzo en este inmenso espacio de 2.000 metros cuadrados y paredes rosadas ubicado en la humilde colonia Guerrero, barrio de la capital mexicana, debido al cierre de locales decretado por las autoridades.
Ya han pasado demasiados meses desde que se apagaron los icónicos neones del salón y su dueño, Miguel Nieto, se ha visto obligado a lanzar una campaña para pedir fondos a fin de frenar la agonía de este histórico espacio, que debería cumplir 83 años en agosto.