Cuando los hermanos Sebastián y Emiliano Zurita terminaron de grabar su primera serie como productores, Cómo sobrevivir soltero, se dieron cuenta de un detalle: toda la serie y en especial los últimos episodios tienen un mensaje oculto.
No se trata de algo siniestro, sino de la gran enseñanza que les dejó la muerte de su mamá, la actriz argentina Christian Bach.
Platicamos en exclusiva con los hermanos Zurita , creadores, productores y actores de la nueva serie de Amazon Prime Video, quienes nos hablaron de esta experiencia.
“Es chistoso cómo, sin querer y sin pensarlo, hubo ahí unos mensajes muy de nosotros sobre todo lo que ha pasado en este año y creo que justo hay una reflexión bien padre en el capítulo final. Es como esos regalitos que te da la vida sin querer queriendo y que ahora los puedes ver a distancia y decir: ¡Wow, qué buen mensaje me estoy mandando a mí mismo”, contó Sebastián.
¿Qué les ha enseñado el duelo como personas y como hermanos?
Sebastián: Que la vida tiene etapas, que todo es un proceso. Lo mas importante es que hay que vivir la vida, disfrutarla. También aprendes de la tristeza y la disfrutas y la conviertes en cosas bonitas. A veces la gente tiene este estigma de que no debes estar triste o enojado o vulnerable y, al revés, es parte de la vida y quiere decir que la estás viviendo a full. El hecho de que hayamos podido vivir eso, que hayamos tenido la educación que tenemos nos ha llevado a poder enfrentar las cosas difíciles también como familia. Siempre hemos sido una familia muy unida y justo ahora también es poder encontrar más pretextos para poder decir 'Te amo'. Eso es muy bonito y es lo que ha cambiado mucho en la dinámica familiar, esa manera de poder abrazarnos y decir: aquí estoy y de poder disfrutar, porque a mí en mi caso, me decían que soy el Grinch de la familia y es porque siempre estoy pensando en lo que sigue. Y al revés, esto me ayudó a detenerme y a darme cuenta de que muchas veces uno se conflictúa, cree que los problemas son cosas muy grandes cuando en verdad son cosas minúsculas y cuando de verdad hay problemas toman esa realidad y entonces lo puedes afrontar.
Emiliano: Uno de mis quotes favoritos de la serie es algo que aprendimos a lo largo de todo lo que hemos vivido y es que la vida no es para sobrevivirla, es para vivirla. Te haces tantos líos en la cabeza que en verdad lo que tienes que hacer es vivir la vida, tu chamba, tus relaciones, sean buenas o malas. Yo creo que siempre vas a encontrar una manera de sonreír sobre las cosas buenas y malas de la vida y eso creo que se plasmó muy seriamente en esta serie.
¿Se podría decir que fue como una catarsis?
S: Sí, creo que hay algo muy padre que sucede, que viene justo de un momento muy climático de la serie. Tiempo después de que lo filmamos me cayó el veinte de que lo que estábamos hablando, lo que se estaba diciendo, lo que estaba afrontando el personaje (era la experiencia personal de los Zurita) y estuvo bien padre. Incluso nos pasó con una obra que estábamos trabajando, la terminamos de escribir y cuando la leímos por primera vez en voz alta fue así de: ‘No sabíamos que estábamos escribiendo esto’, y es bien padre porque de la vulnerabilidad viene la creación y la conviertes en cosas bien bonitas.
¿Cómo se les ocurrió la idea de trabajar juntos?
S: Creo que ya tiene un rato. Arranqué Adiction House, que es nuestra productora, prácticamente cuando empecé mi carrera como actor hace muchos años y siempre tuvimos la idea de tener una empresa que pudiera crear distintos proyectos a los que nos ofrecían, que pudiéramos contar otro tipo de historias, buscar talento nuevo.
¿Cómo surgió Cómo sobrevivir soltero?
S:Éste fue el primer proyecto. Se me ocurrió la idea de contar la historia de mi grupo de amigos y cuando en una noche de insomnio escribí unas páginas de lo que creí era el primer tratamiento, yo estaba en México, mi hermano estaba en Nueva York. Bajé y les enseñé a mi mamá y a mi papá lo que había escrito, que normalmente no lo hago, y mi mamá me dijo “Si yo fuera productora todavía, lo produzco mañana”. Eso fue algo súper padre que me dio la fuerza de hablarle a mi hermano (para platicarle).
