Si bien Will Smith es uno de los actores de Hollywood más queridos por el público, su vida no ha sido color de rosa; prueba de ello es su más reciente entrevista, concedida justamentea su esposa, Jada Pinkett Smith, en la que se abrió por completo y terminó llorando al recordar la difícil relación que ha tenido con su hijo mayor, Trey Smith, fruto de su primer matrimonio.
Will Smith llora al hablar de la mala relación que lleva con su hijo mayor
La relación que Will Smith y Jada tienen es una de las más sólidas (23 años los respaldan) y todo mundo conoce a sus hijos Jaden y Willow, sin embargo, varios años antes de que ellos llegaran, él se estrenó como padre (a los 24 años) y, a decir de sus propias palabras, es muy probable que no estuviera listo para una responsabilidad de esa magnitud.
"Lo traje a casa, lo pusimos en la cuna y sentí un terror absoluto. Pensé, soy totalmente responsable de esta vida. No podía dejar de ir a mirarlo y comprobar que estaba bien. Lloré mucho, de hecho, ahora estoy llorando", confesó en el programa 'Red Table Talk', conducido por su actual esposa y que se transmite en 'Facebook Watch'.
Lo más difícil para el también cantante fue hacerse cargo de sus decisiones, pues eligió separarse de la madre de Trey cuando él tenía sólo dos años, lo que provocó que el pequeño creciera sintiendo abandono de su papá. La fracturada relación se compuso muchos años después, sin embargo, recordar esos turbulentos momentos llenan de lágrimas los ojos de Will.
"Las cosas no siempre han sido así entre Trey y yo. Hemos luchado durante años después de mi divorcio de su madre. Se sintió traicionado y abandonado. Es una bendición increíble recuperarse y restaurar esta preciosa relación con mi hermoso hijo", dijo hace un par de años, cuando la relación comenzó a encaminarse de nuevo.
Su divorcio, ocurrido en 1995, marcó la vida de Will, pues lo consideró un gran fracaso; además, perdió los derechos sobre su hijo.
El divorcio fue el fracaso más importante para mí. Me han lastimado mucho en mi vida adulta, pero no creo que nada me haya afectado tanto como divorciarme de la madre de mi hijo de dos años. Me separé y me encontré con que si un hombre no es un gran esposo, pierde sus derechos parentales", confesó.
Asimismo, el actor aseguró que no comprendía cómo, pese a querer a su hijo, para todos resultaba más relevante su desempeño como esposo, y reconoce que se distancia del niño porque no quería que él lo viera discutiendo con su mamá.
"Soy mucho mejor padre que esposo. Pero en ese proceso comienzas a luchar por tus derechos y el niño está en el medio. Creo que mi deseo de que mi hijo no viera peleas ni discusiones (con su madre) me hizo estar ausente como padre. Quería crear suficiente distancia", concluyó.