Carla Morrison estaba a minutos de subirse a cantar, a uno de los escenarios del festival Vive Latino 2020, cuando su mánager le pidió que se sentara porque tenía una noticia muy importante que darle.
Temerosa, obedeció a regañadientes y escuchó el mensaje: Ricky Martin quería grabar con ella una canción. Carla gritó "como loca" y luego quedó en shock porque no podía creerlo: su ídolo de toda la vida no sólo estaba interesado en su música, sino que también quería trabajar con ella.
Así, con la adrenalina hasta arriba se subió a cantar y luego lo llamó para hablar con él en persona sobre esta colaboración. Empezaron a planear y quedaron en hablar de nuevo para continuar con el proceso de creación… Claro que ninguno de los dos contaba con el coronavirus.
"Por un tiempo no me marcó y honestamente pensé que se había cancelado por completo. Al mes, me marca y súper lindo Ricky, como de 'soy súper fan, me encanta tu música'. Y yo: 'No, Ricky, todo mal. Yo soy tu fan'. Se siente increíble. Es como un sueño y todavía no me la creo", contó Carla, en exclusiva para Quién, vía telefónica desde París, donde actualmente vive.
Entonces por fin empezó para Carla el proceso de composición, mismo que está inspirado sobre todo en las vivencias del propio Ricky Martin .
"Él me dijo que estaba buscando una balada, me contó cosas por las que estaba pasando y eso lo hizo muy fácil porque Ricky es muy comunicativo, muy humilde y humano. A ratos se me olvidaba que era él.
"Trabajé tres canciones y al final sólo le mandé dos porque sentía que eran como lo que más se acercaban a lo que podría gustarle. Le encantaron las dos pero eligió 'Recuerdo'".
Para Morrison, aunque cada quien grabó donde lo agarró la pandemia (ella en su departamento en París, donde estudia jazz, y a Ricky en su casa de Los Ángeles, el ingeniero de audio en Nueva York y parte del equipo del cantante en Miami), el resultado es estupendo.
"Nos comunicábamos por WhatsApp, por Zoom, mensajitos... Fue increíble porque todos nos pudimos comunicar y al final quedó. Sí se siente un poco raro porque no estás en vivo pero a la vez te das cuenta que se pueden lograr muchísimas cosas, hay maneras de seguir trabajando y seguir gente nueva", expresó Carla.
Carla Morrison lleva casi dos años viviendo en París donde estudia jazz en un conservatorio. La experiencia de vivir en otro país y continente, donde nadie sabe quién es, ha sido por demás enriquecedora, entre otras cosas, le ha permitido encontrarse a sí misma.
"Por mucho tiempo no tuve hobbies, no tenía vida personal, tiempo para mí. No hay nada más importante que atenderse a uno mismo. Aprendí a cocinar, cosa que ha ayudado a que disfrute mi día a día. Aprendí francés, a cantar mejor y a tocar el piano mejor. Me he dado cuenta de que no necesito mucho para ser feliz.
"Otra cosa que me di cuenta es que yo pensaba que me quería a mí misma, pero no sabía que no tanto. El estar aquí, pasar tiempo a solas hizo que por fin me pudiera ver al espejo y me pudiera reconocer, decirme: 'Estás chida, me caes bien'. Es importante no sólo hacer amigos en el exterior sino que tú seas tu propio mejor amigo", compartió Carla.
Gracias a su vida lejos de los reflectores, Morrison también aprendió también a andar en metro y hasta a moverse en bicicleta por toda la ciudad, cosa que jamás pudo hacer en la CDMX (donde vivía antes de mudarse a París), porque dice, es como un perrito chihuahueño, muy nerviosa.
"Estoy muy agradecida con mis fans y con la gente que me para en la calle y me pide fotos y me agradece por mi música. Pero también soy una persona que través de la cotidianidad se puede inspirar.
"Y aquí, como a nadie le importas, me regresa a una realidad que tanto extrañaba. Ahora algunos de mis compañeros de escuela saben que tengo una vida pasada como cantante, pero al principio era de: 'Hola, ¿eres de México?', y eso es súper bonito, también tener esa normalidad", finalizó Carla.
