En la actualidad Tom Cruise puede solicitar cualquier cosa que se le pase por la cabeza mientras trabaja -cachorros en su camerino, por ejemplo, como se rumora que hacía Mariah Carey- sabiendo que nadie se atreverá a llevarle la contraria, pero lo cierto es que el actor siempre ha tenido claro que merece lo mejor de lo mejor.
Tom Cruise tuvo 'aires de grandeza' desde antes de ser famoso
A principios de la década de los 80, por ejemplo, cuando aún era un desconocido que acababa de debutar en Endless Love y había contado con un papel secundario en Taps, más allá del honor, dejó boquiabiertos a sus compañeros de reparto en la película The Outsiders al atreverse a montar todo un escándalo tras llegar a Nueva York para la ronda final de audiciones y descubrir que no le habían reservado una suite de hotel para él solito. Cabe destacar que en aquel momento ni siquiera había conseguido todavía el trabajo, pero eso no le frenó los pies.
"Era la primera vez que yo me alojaba en El Plaza, pero cuando Tom descubrió que íbamos a compartir una habitación se puso como un loco", reveló Rob Lowe, otro de los protagonistas, en una entrevista con Dax Shepard para su podcast 'Armchair Expert'.
En la opinión de Rob, esa anécdota demuestra que algunas personas nacen con la actitud adecuada para convertirse en estrellas de cine y Tom era una de ellas.
"Hay gente que siempre ha sido tal y como la conocemos, y es esa cualidad especial la que les ha llevado a donde se encuentran hoy en día, y lo demás es historia".
Por supuesto, en aquel momento Rob Lowe se echó a reír pensando que le había tocado un compañero "difícil" y que se lo tenía muy creído: "Pero al final no puedes negar que ha dado resultado. Está claro que sabía cuál era su objetivo incluso entonces".