La vida de un artista no es nada fácil, hay muchos sacrificios y largas jornadas de trabajo que soportar para alcanzar el éxito soñado, pero definitivamente la vida de su familia no es menos dura que la de ellos.
Con todos los mayores de la casa pendientes de la carrera de Luis Miguel, la vida de Alex y Sergio Gallego Basteri también giró alrededor de su hermano mayor.
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Constantes mudanzas, pocas vacaciones, una dinámica familiar diferente a la del resto de las personas, teniendo como capitán a Luisito Rey que vivía obsesionado en lanzar a Micky al estrellato.
Fue Marcela Basteri, quien se encargó de mitigar el cansancio de Luis Miguel y de proteger a sus otros dos hijos, Alex y Sergio, de las crisis que vivía en su matrimonio, que no eran poca cosa.
Con gran resignación, Alex Basteri entendió bien pronto el lugar que ocupaba en su familia, aceptándolo y abrazándolo con gran cariño y amor por los suyos.
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Por un lado, no tuvo mucho tiempo con su padre, pero por otro, quizá de los tres hermanos, fue el que más disfrutó a Marcela, ya que mientras Luisito y Micky perseguían el éxito, él se quedaba en casa con su mamá. Ese tiempo fue oro para él ya que también le permitió crear un vínculo muy especial con ella y que ayudó a marcar el carácter amoroso que tiene con los suyos.
Ninguno de los otros hermanos Gallego Basteri convivió tanto con Marcela como Alejandro pero no hay que olvidar que esa época que pasó junto a ella también fue testigo de la compleja relación que tenían sus padres y de lo mucho que sufrió su madre en silencio, hecho que lo obligó a madurar más rápido y a desarrollar mayor resiliencia.
Cuando en 1986 Marcela desapareció, Alex tenía 14 años, Luis Miguel 16 y Sergio sólo dos 2. Alejandro tuvo que madurar de golpe frente a la gran tragedia familiar que se venía.
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Vida propia
Ser hermano de Micky no ha sido nada fácil, muchos momentos complicados se encargaron de moldear el carácter de “El Picha” como le dicen de cariño sus amigos.
Si Luisito Rey es el gran escultor de una estrella llamada Luis Miguel, Alejandro ha sido su propio arquitecto, sin la guía de nadie, se ha hecho solo a base de prueba y error con todo lo que esto implica.
Estudió cine, fotografía y negocios en Los Ángeles, por cierto, es un excelente fotógrafo; hoy está dedicado a sus empresas entre las que se encuentran gasolineras, medios de comunicación y una constructora. Él lo tenía claro, quería tener una vida punto y aparte de su famoso hermano.
A diferencia de Luis Miguel, Alejandro es abierto, amiguero a más no poder. Puede tomar un vuelo de varias horas sólo para acompañar a uno de sus amigos en un evento familiar como una primera comunión, un bautizo e incluso si está pasándola mal. Les llama constantemente y por supuesto todos lo quieren. En las distancias cortas es una persona extremadamente sencilla.
Compañeros de vida
Con Sergio muy pequeño, Luis Miguel se tuvo que apoyar en Alex en dolorosos episodios como la búsqueda de su madre y la inesperada muerte de Luisito Rey. Desde entonces siempre han sido los dos.
Hasta donde se sabe, Sergio no mantiene relación con el cantante desde hace muchos años, por lo que Luis Miguel sólo ha contado con Alejandro, quien a su vez sí mantiene una excelente relación con Sergio.
A lo largo de su historia, los dos hermanos también han tenido desencuentros, muchas veces provocados por pleitos nada graves pero que sí los han mantenido alejados por temporadas.
Luismi, como buen hermano mayor, a lo mejor sintiendo la responsabilidad que como figura paterna ejerce sobre ellos, siempre encuentra la forma de ver cómo están y pregunta a los amigos en común si les falta algo.
Por lo anterior decimos que no hay nadie que conozca mejor a Luis Miguel que Alejandro, son compañeros de la misma historia familiar.
Todavía Micky no termina de hablar cuando Alejandro ya está ahí con él, viaja a donde se lo pide su hermano, lo aconseja, lo cuida, se preocupa por él y sobre todo lo hace reír con ese sentido del humor que tiene. Para ser justos, Alex es el verdadero gran incondicional en la vida del artista. Nadie más.
Y ahí van los dos hermanos, buscando aquél gran amor que perdieron, pensando en una sola mujer que los quiso como nadie los ha querido, que les rompió el corazón y que nunca más volvió, Marcela, su mamá. Si viviera Marcela seguro que el mejor regalo sería ver a sus tres hijos unidos.
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