Carina Ricco asistió como invitada al programa En casa de Mara, en el que habló de su carrera como actriz y de su historia de amor con Eduardo Palomo, quien falleció de un infarto el 6 de noviembre de 2003.
Según contó la cantante y actriz, se enteró de su existencia… ¡gracias a una revista! y a partir de ahí, él quedó grabado en su mente, aunque ella no estaba consciente de eso.
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“Era el 88 u 89. Estaba en casa de un amigo, abro una revista y veo a Eduardo con una novia y decía que él se iba a casar. Yo no sabía quién era él. Lo veo y mi primer pensamiento es: ‘No se puede casar, ¿cómo que se va a casar?’ y yo ni lo conocía.
“Un año después aparece en mi vida Eduardo. Llega a casa de esta gente, lo veo y me paralizo y me doy cuenta que es él y me escondo porque me da miedo. Yo tenía novio y no quería saludarlo, que se metiera en mi vida, que se me acercara”.
Durante esa fiesta, recuerda Carina Ricco, evitó a toda costa estar cerca de él y de hecho a penas y cruzaron palabra. Pero el destino tenía otros planes para los dos.
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“De pronto termino mi relación y vuelve a aparecer: le hablo a un amigo para que me acompañe a una reunión. Me dijo que estaba con Palomo y yo estaba tan triste de que había terminado mi relación que estaba cero interesada.
“Fuimos juntos a esta reunión. Les dije vámonos. [Eduardo y yo] Nos quedamos a platicar hasta las cinco de la mañana y llegamos a la conclusión de que lo más importante en la vida era el amor y el arte. Me dejó en mi casa, me dio un beso y no nos volvimos a separar hasta el día que se fue. Así fue la relación con El Flaco”.
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Carina Ricco también habló de su boda, celebrada en 1996 y que se organizó de manera improvisada, en 15 días, los que ambos tenían libres de sus respectivos trabajos.
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“Fuimos amigos, cómplices, nos divertimos, nos acompañamos en nuestros procesos. Nos casamos en el 96. Cuando decidimos casarnos dijimos: ‘Estaría padre’. Pero estábamos a full, sobre todo él después de Corazón Salvaje que tenía mucho trabajo. Se compró su traje de novio en Italia, yo en Los Ángeles. Nuestro show fue Sergio Arau y los mismísimos ángeles, nada que ver con lo típico de una boda. Procuramos que fuera lo más íntimo posible. Era más que nada formalizar esa unión que a nosotros no nos cambió pero que a la gente sí”.
Sobre la muerte de Eduardo Palomo, la actriz y cantante reconoció que fue una experiencia muy fuerte y dolorosa, sobre todo por el hecho de que sus hijos, Fiona y Luca, se quedaron sin un padre.
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“Fue muy fuerte por lo inesperado, por lo joven, por lo sano, por los niños, por él, porque si algo quería el Flaco era no perderse crecer con sus hijos. No se imaginaba no estar como papá. Él lo platicaba, su papá se fue cuando era chico y no terminó de crecer con él y me decía: ‘No me puedo imaginar estar lejos de mis hijos. Eran lo más importante para él”, recordó la cantante y actriz.
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“Para mí era pensar en el dolor que él puede haber sentido si tuvo tiempo de imaginar el 'Ya no los voy a ver, ya no voy a estar con ellos'. Y eso es fuertísimo. Por ti te duele todo, pero cuando tienes hijos te duele todo 10 veces más. Si a mí me dolía el pensar el que ellos fueran a crecer sin un papá como El Flaco, que era un gran papá, amoroso, siempre estaba ahí.
"El Flaco y yo nos embarazamos juntos, engordamos juntos, parimos juntos. Los recibió, cortó el cordón. Todo su trabajo, su empuje, todo era por nosotros. Yo pensaba en Fiona y Luca, en no tenerlo y sí era muy fuerte”.
Al igual que ella, a pesar de su corta edad, sus hijos (Fiona tenía cinco años y Luca, tres) también sufrieron un duro proceso de duelo.
“Hubo una etapa muy fuerte, muy difícil, de mucha tristeza. Fiona tiene ahí dos o tres años que ella cuenta que no recuerda, se le borraron. Y Luca, de ser súper dulce, de pronto se enojó con la vida, estaba enojado. Me costó algunos años de contenerlos mucho, de amarlos, de rodearlos de familia, de gente que los amaba, de momentos que fueron hermosos para ellos para ayudar a sanar o darles por lo menos un respiro. Hacerlos sentir que estaban rodeados de amor.
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“Aprendes a vivir con la ausencia, No es carrera de obstáculos, no es de superar, llega un tiempo que las caídas son esporádicas. Si yo no hubiera tenido a Fiona y Luca no sé si hubiera aguantado".
Para Carina Ricco, lo más difícil de todo fue educar a sus hijos en el amor, un sentimiento en el que ella ya no creía.
“Lo más difícil fue volver a creer en el amor y que todo es posible. Decía yo: ‘Se me fue, yo creía con todo el corazón, yo estuve, lo agarré, le tomé la mano y se me fue’. Mi angustia más grande era cómo voy a criar a Fiona y a Luca si yo ya no creo en eso, y cómo voy a criar a dos niños si ya no creo en la magia, en el amor y en que todo es posible. El trabajo de reconstruirme fue muy duro. Perdí una octava de mi voz…”.