“No lo creía porque decía ‘ella es famosa, guapa, cómo se va a fijar en mí’. Pero la verdad no es que yo dijera que estaba enamorado de tu mamá, pero sí se me hacía guapa, muy guapa y ahí voy de morboso… Y entonces, fui a visitar a mi mamá: ‘Hola, mamá, te vine a visitar. ¡Ay, hola Victoria!, mucho gusto’, nos pusimos a platicar y salí con ella y me invita un día a cenar”, precisó.
Eugenio explicó indicó que la primera salida con Victoria fue complicada, pues tenía muy poco dinero y tenía poco de haberse independizado.
“Pero en ese entonces yo no tenía dinero, es más, andaba en pesero, no tenía ni coche ni para el taxi, ya me había independizado de mis papás y no les quería pedir dinero. Entonces, llego a mi cita con Victoria Ruffo en un restaurante de Palmas, por supuesto, en pesero, yo vivía allá por la colonia Portales (…) Llego y me dice ‘¿qué pasó? ¿y tu coche?’, y yo ‘está en el taller porque se me descompuso’ (…) Yo veo los precios en la carta, traía yo efectivo porque ni tarjeta, entonces me empecé a espantar. Y entonces me dice ‘qué vas a querer’ y cuando vi los precios le dije ‘tú pide porque yo ando mal y ya comí, pero voy picando lo que tú pidas’, pero lo que pasa es que no me alcanzaba. Entonces, finalmente tu mamá pidió como cinco entradas (…) Total, comimos, platicamos, llegó la cuenta y se los juro, apenas así rascándole hasta el último peso, no me alcanzó para dejar propina (…)”, recordó.