En la autobiografía, la exreina de belleza habla de la serie de engaños que hubo por parte de Valentino, quien los aceptó y de rodillas le pidió perdón explicándole lo siguiente: “Jacky, no creas que lo que hice fue porque no te amo, te amo con todo mi corazón, pero soy hombre y los hombres somos así. La fidelidad no está hecha para nosotros. Somos animales, tenemos un instinto capaz de contradecir nuestros sentimientos”, contó Jacky en su libro.
La historia de Jacky y Valentino inició durante una visita de la tapatía a la Ciudad de México en 1999. En un antro de El Pedregal, la conductora conoció a “un joven de pelo largo negro y ojos color miel”. Al final de la noche, él le pidió su número de teléfono y lo anotó en la palma de su mano, sin embargo nunca la llamó.
Meses más tarde la tapatía ganó la corona de Nuestra Belleza México y como parte de su preparación se tuvo que mudar por un tiempo a la Ciudad de México. Para finales del año 2000, Jacky fue chaperona de su hermana Alina en un antro donde una de sus amigas de la infancia le presentó al mismo guapo de pelo largo negro que conoció meses antes en El Pedregal.
En 2001, otra amiga de la ex Miss México contactó a Valentino para invitarlo a la fiesta de cumpleaños de Jacky. Desde ese día comenzaron una relación que se prolongó por más de cuatro años, pero que terminó gracias a que su chofer y la encargada de limpieza decidieron decirle a Jacky lo que hacía su novio y con quién.
Después de esto, la modelo se juró encontrar un hombre que le fuera fiel, “la excepción a la regla” y fue entonces cuando conoció a Martín Fuentes , el ahora padre de sus cinco hijas: Jacky, Carolina, Renata, Emilia y Paula.