Este domingo a nadie se le pasó por alto que Beyoncé y Jay Z se quedaron sentados en las gradas mientras la cantante Demi Lovato interpretaba el himno nacional antes del inicio del Super Bowl.
Muchos quisieron interpretar su gesto como una señal de apoyo a los jugadores a los que la NFL sancionó en su momento por hacer eso mismo, o arrodillarse, para condenar la brutalidad policial contra la comunidad negra estadounidense. Otros no dudaron en señalar que el matrimonio es hipócrita en vista de que el rapero se había encargado de co-producir el evento a través de una de sus compañías y cuenta además con participaciones en la liga nacional de fútbol americano