“Cuando era niña, yo tenía un escondite en mi closet donde estaban los zapatos, los saqué todos de ahí, los cambié de lugar y tenía fotos, cartitas, lo que te quieras imaginar y tenía comida escondida. Entonces yo cuando me sentía muy mal, iba ahí, cerraba la puerta y comía. Era mi momento de paz (…) Me empiezo a dar cuenta con el paso del tiempo que era comedora compulsiva, que si yo tenía una emoción que no sabía controlar y comía”, destacó en el podcast Están Ahí de Anahí.
Aunque por años batalló por su sobrepeso, Marichelo reconoce que en algunas etapas de su vida adelgazó, pero que siempre tuvo recaídas, las cuales conforme pasaba el tiempo eran peores.
“Lo más delgada que llegué a pesar fue 47 kilos y tenía 17 años, pero traía novio y estaba haciendo teatro musical y hacía muchísimo ejercicio (…) Al momento que trueno con el novio, qué crees que pasó, vino una recaída y entonces comí muchísimo más y se salió de control (…) Se salió de control, ya el punto no era si estoy gorda o flaca sino una depresión espantosa y eso me llevaba a comer más”, precisó.
La hermana de Anahí ya sabía que era una comedora compulsiva, enfermedad que asegura no surge de la noche a la mañana y que al igual que los demás trastornos alimenticios se agrava por las emociones del paciente.
“Un comedor compulsivo no es de la noche a la mañana, es una enfermedad, es un trastorno alimenticio que se va haciendo con el tiempo y mucho tienen que ver las emociones (…) Es silenciosa, entonces le echas la culpa a tengo tiroides, soy muy antojadiza, cuando realmente eres comedor compulsivo, es una enfermedad y así se llama”, detalló.
Este padecimiento de Marichelo iba agravándose conforme pasaba el tiempo y es que la actriz encontró en sus embarazos el pretexto perfecto para comer sin límite; pero fue cuando tuvo a su tercer hijo que se dio cuenta que incluso su cara ya estaba cambiando por los kilos de más.
“Mis embarazos era mi pretexto perfecto para comer, era ‘ahorita no me puedes decir nada porque tengo antojos, como por dos’. Mentira, eso no es cierto (…) Me embarazo de mi tercer hijo, pero yo estaba muy subida de peso, entonces dije ‘en la torre, ya valió gorro’. Subo muchísimo de peso, al grado que la cara se me veía hasta rara”, indicó.