En una pantalla, los ojos de una pantera negra miraban fijamente a las 10 mil almas presentes en el Auditorio Nacional, que estaban impacientes por ver a su ídolo. A las 20:56 horas la espera terminó y Mónica Naranjo apareció en el escenario para deleitar con El amor coloca. Vestida con un jumpsuit bicolor en su torso (negro y dorado) y aderezado de cristales.
Mónica dio muestra de la potencia de su voz y se emocionó hasta las lágrimas por el recibimiento de su público, que la ovacionó y a una sola voz gritó su nombre, mientras ella cruzó sus brazos en símbolo de un abrazo y respiró de forma errática, por la adrenalina de ver al Coloso de Reforma a sus pies.