Según la investigación forense, empleados del casero de la vivienda donde residía la artista se presentaron en la propiedad el 4 de noviembre, al haber recibido advertencias por parte de los vecinos sobre la posibilidad de que sufriera algún problema.
La cantante no abrió la puerta ni respondió a las llamadas de esos empleados, que regresaron el ocho días después con un cerrajero y la encontraron muerta.
Durante una audiencia en la Corte Forense de Wakefield, en la que no estuvo presente ningún familiar de la artista, según el tabloide "Daily Mail", la policía confirmó ante el juez que no consideran que haya circunstancias sospechosas alrededor del suceso.
Andrew Smalling, vecino de la zona y conocido de Burdett, declaró a "The Sun" que quedó conmocionado por la noticia y que la artista "había luchado contra sus demonios durante un tiempo".