A diferencia de Zendaya, que no alteró su apariencia física antes de meterse en la piel de Mary Jane MJ Watson en las películas de Spider-Man pertenecientes al universo Marvel, Kirsten Dunst no tuvo ningún problema en renunciar a su pelo rubio para teñirse de pelirrojo y hacer así justicia a uno de los rasgos más característicos del interés amoroso de Peter Parker en los cómics.
Sin embargo, hubo otra petición de los responsables de esos filmes relacionada con su aspecto que se negó a cumplir por considerarla ridícula e innecesaria.