El 19 de mayo se transmitió el episodio final de Game of Thrones y es justo ahora, seis meses después, que una de sus protagonistas, Emilia Clarke, denuncia que fue obligada a hacer escenas de desnudos.
La actriz, quien conquistó al mundo (y luego lo hizo enfadar) con su personaje de Daenerys Targaryen, contó que los jefes de producción la presionaban e incluso la llegaron a chantajear para que se quitara la ropa en las escenas de intimidad que tuvo su personaje con dos actores en concreto, Jason Momoa (Khal Drogo) y Kit Harington (Jon Snow).