Fue después de la íntima fiesta que Kim Kardashian compartió con lujo de detalles el regalo que por semanas organizó para su madre. La empresaria organizó un pequeño desayuno en honor a Kris, con la presencia de sus hermanos y amigas cercanas, y aunque mandó invitaciones para reunirse en un lugar, a su llegada reveló la verdadera locación de fiesta: la casa donde la familia había crecido y donde ella pasó su infancia.
Kim Kardashian reveló que en esa casa vivieron los mejores momentos al lado de su padre y su madre. Además, recreó la decoración de aquellos años y mientras desayunaban nadie pudo dejar de llorar y recordar lo que vivieron juntos.
Al salir, los invitados se encontraron con réplicas de todos los carros que Kris Jenner y Robert Kardashian tuvieron, incluso recreó los números de placa y dieron un paseo. Kim Kardashian contó que pasó varias semanas planeando esta gran sorpresa y que había sido uno de los mejores días de su vida porque sintió la presencia de su padre.