A los pies de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, más de 100 mil personas —de acuerdo con organizadores— corearon a una sola voz: “¡Si se pudo!”; el clamor hizo alusión a qué, tras la polémica con Sara Salazar y Sara Sosa, se lograron repatriar las cenizas de José José, rendirle un homenaje en el Palacio de Bellas Artes y ayer un segundo tributo, musical, en el corazón del país.
En esta ofrenda se hizo realidad una de las frases de la canción Volcán: “Yo que fui tormenta”, porque durante todo el concierto la lluvia no dejó de caer, pero no aminoró el ánimo de los presentes, que se conmovían y hacían lo propio con quiénes tomaron el micrófono, al hacer un coro monumental, brindar sus aplausos y al evocar a El Príncipe de la Canción.