Luego de anunciar su separación el pasado mes de junio, tras cuatro años de relación, Irina Shayk y Bradley Cooper se volvieron a ver las caras, pero solo por algunos minutos y para intercambiarse a su hija, Lea, de dos años de edad.
El encuentro tuvo lugar este fin de semana en el aeropuerto de Ibiza, donde la modelo rusa disfrutó de unos días de vacaciones y hasta el actor se desplazó luego de pasar unos días en Panarea, una isla privada que está cerca de Sicilia, Italia, en compañía de amigos.
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Cooper llegó al aeropuerto el domingo a las ocho de la mañana acompañado de su amigo Sean Penn y la novia de éste último. Una hora más tarde apareció Shayk. En cuestión de minutos y sin la intención de entablar una conversación, la modelo le entregó a Lea al actor, quien se dirigió con ella en brazos hacia su avión privado para viajar de vuelta a Los Ángeles. A su llegada llevó a la pequeña a la playa en Malibú.
La niña estuvo 15 días con su madre primero en Nueva York y después en Ibiza, donde ambas disfrutaron de unos días de playa a bordo de un barco surcando el mar Mediterráne. De hecho, Irina se despidió de su hija en el control de pasaportes antes de embarcarse en su propio jet con destino a Milán.
Lo que al principio parecía ser una separación amistosa, pues ambos estuvieron de acuerdo en compartir la custodia de su pequeña y fijar Nueva York como lugar de residencia, con el paso de los días se van conociendo nuevos detalles que apuntan a que su relación vivió momentos tormentosos lo que culminó en su separación.
De acuerdo a Radar Online, Irina Shayk escribirá un libro donde contará “toda la verdad” de su noviazgo de cuatro años con el actor y director: "Hay mucho que decir de su relación con Bradley, le ha hecho tanto daño que ella tiene la revancha en mente", aseguró una fuente al diario norteamericano. "Irina no ha sido capaz de confiar en Bradley", añadió.
Lo que sí es seguro es que ambos están preocupados por la pequeña y buscan lo mejor para su hija. "Por el bien de Lea, siguen pasando tiempo juntos en familia. Bradley es un gran padre, siempre ha estado muy involucrado con su hija. Está claro que tienen los mismos objetivos. Quieren que viva una vida normal, que esté rodeada de amigos y se divierta jugando. Los dos son padres maravillosos", aseguró una fuente cercana a la revista People.