Exclusiva: Jimena Pérez 'La Choco' y su familia, con un pie en Madrid
En agosto de este año, Jimena Pérez “La Choco”, su esposo Rafael Sarmiento y sus hijos Iker e Iñaki se irán a radicar a Madrid, en principio un año, para tratar el trastorno del lenguaje que padece su hijo menor.
En exclusiva para Quién, la conductora de Ventaneando y La Voz nos comparte los últimos detalles de su cambio de residencia y nos confiesa sentir por dejar su trabajo, ciudad y familia.
¿Cómo va la mudanza?
Va, ya se fue todo desde ayer, porque como es una mudanza ni siquiera tan grande, pero lejos, tarda dos meses en llegar y justo para no quedarnos allá tanto tiempo sin nada, decidimos adelantarlo un poco. Entonces ya lo mandamos esta semana y estamos con lo básico, pero bien, la verdad es que contentos sobre todo muy esperanzados.
¿Qué fue exactamente lo que mandaron?
Tampoco nos llevamos todos los muebles. Parte de los muebles de mi casa están empotrados, entonces no había mucho que llevarse. Nos llevamos más bien algunos cuadros, algunas cosas de decoración, unos pocos juguetes de los niños. Si te pones a ver, tampoco es tanto, pero como somos cuatro personas, entre los triques de cada uno, se llena un camión. Camas y colchones lo veremos allá para no tener que cargar con eso.
¿Cómo te sientes ahora que la mudanza se fue y tú ya contaste por qué te vas?
Me siento mucho más tranquila porque había sido una época de muchos rumores por parte de muchos medios. Hemos estado en contacto desde hace un año y medio con el neurólogo, tampoco es que tuviéramos un diagnóstico por su edad. A penas ahora se fue arreglando todo y fue que ya pudimos hablar, porque estaban inventando muchas cosas: que si Rafa tenía una propuesta de trabajo allá, que si yo con Pati (Chapoy) la situación estaba fatal y cosas que me parecían injustas.
¿Cómo tomaron los niños la idea de cambiar de país?
Lo bueno es que están relativamente chicos. Iker tiene siete, Iñaki acaba de cumplir cuatro. A Iker le explicamos que iba a vivir una nueva aventura, que iba a estar bien padre, que allá había muchos parques a los que podíamos ir y eso generó mucha emoción. Lo primero que me preguntó fue si iban a ir mi mamá y mi abuela, porque tienen una conexión muy especial con ellas, y le dije que no. Ahí si fue carita de sorpresa, pero le dije que no pasa nada, que nos van a visitar, que vamos a seguir en contacto. Y al final del día eso es lo que vamos a tratar de hacer; no es fácil por la distancia y por muchas cosas, pero se va a intentar. Estoy sumamente agradecida con mi familia por el apoyo que nos han dado. La verdad es que también el amor y el apoyo de nuestras familias nos ha ayudado.
Jimena, llevas 16 años ininterrumpidos en Azteca. Ni con tus embarazos dejaste de trabajar. ¿Cómo te sientes ahora en ese aspecto?
No es fácil, sobre todo cuando uno está acostumbrado a trabajar de siempre y cuando disfrutas lo que haces, pero también creo que en este momento mis hijos, sobre todo Iñaki, me necesitan y es importante estar en esos momentos, porque al final el bienestar familiar y el bienestar de uno dependen de muchas cosas. Si vives cuestiones laborales que son súper favorables, que son para un crecimiento, claro que lo disfrutas, pero si al mismo tiempo tienes esta preocupación con la que vives día y noche, tampoco es fácil. Hay momentos para todo y ahorita me tengo que ocupar de mis hijos, sobre todo de Iñaki. No pasa nada, somos jóvenes, tampoco es el fin del mundo y no significa que yo vaya a dejar de trabajar para siempre.
¿Por qué España y cuál fue el detonante para que decidieran mudarse justo ahora?
Son muchas cosas. La primera es que hablando con el neurólogo, en el trastorno del lenguaje de Iñaki , los países más avanzados en cuestión de neurodesarrollo son Alemania y España. Obviamente Alemania de entrada, por el idioma, está imposible. Pero España (la eligieron) por una cuestión de que tanto Rafa como los niños son ciudadanos españoles. Eso facilita muchísimas cosas, hay apoyos también por parte del gobierno…
Y también es una cuestión ambiental. Tristemente nosotros vamos mucho a Acapulco porque la contaminación afecta también en este tipo de trastornos. Es como un todo porque también afecta la alimentación, son muchos factores al rededor y platicando con el doctor nos decía que si pudiéramos hacerlo sería magnífico. Tampoco es que Madrid sea la ciudad menos contaminada del mundo, pero en comparación con México sí está mejor.
Yo decía, las terapias que ha llevado aquí le han servido muchísimo, tiene grandes terapeutas, hay grandes doctores, pero es una cuestión también de intentar otro tipo de terapias ahora que se puede y que es importante, sobre todo por la cuestión de la edad. Los primeros siete u ocho años son los más importantes en cuanto a este tipo de trastornos para que los niños lleven sus terapias ahora. Las terapias tardan más en hacer efecto cuando los niños son más grandes. Ahorita acaba de cumplir cuatro años, está en una edad perfecta, es cuando tenemos que reforzar todo. Y el doctor me decía: ‘Si tú puedes estar más tiempo con él, le va a servir muchísimo’. Estoy encantada de poder estar involucrada en eso y todo lo que pueda mejorar la situación de mis hijos.
¿Cómo quedará entonces la situación laboral tuya y de Rafa?
Rafa queda igual. Lleva nueve años trabajando en TNT y va a seguir trabajando ahí. Él trabaja desde Buenos Aires y viaja casi cada mes México-Buenos Aires y lo va seguir haciendo, nada más que ahora va a viajar Madrid-Buenos Aires. Ya lo habló en su trabajo y estuvieron de acuerdo. Y yo, obviamente voy a estar dedicada prácticamente al cien por ciento a mis hijos, pero sí lo hablé con Pati y cuando haya algún estreno o ahora que están sucediendo muchas cosas en cuestión de musicales o que haya gente mexicana que esté grabando series allá, por supuesto que podré hacer entrevistas que voy a mandar. Al final también es mi pasión y cuando se pueda lo estaré haciendo, tampoco me voy a desconectar del todo. Es momentáneo, no es para siempre. En principio lo hablamos y es un año. Habrá que ver cómo le funcionan las terapias.
Todos los cambios dan miedo, pero son para bien…
Mucho miedo. Siempre es difícil cuando tienes que salir de tu zona de confort porque te alejas de tu familia, de tus amigos, de todo. Ni siquiera conozco a nadie en Madrid. Es como empezar de cero con amistades y con todo, que tampoco me preocupa porque considero que tanto Rafa como yo somos personas sociales. Pero sí, siempre los cambios dan miedo.