El icónico corte de pelo de Lady Di fue resultado de un accidente
Pocas mujeres han dejado una huella tan profunda en el mundo de la moda como Diana de Gales: a día de hoy sus propias nueras, Kate y Meghan Markle, siguen realizando p equeños guiños a algunos de los estilismos que ella utilizó en su momento al ser muy consciente de que Lady Di sigue siendo el estándar por el que se las mide en sus apariciones públicas, y hace tan solo unas semanas tres antiguos vestidos suyos se vendieron por la exorbitante suma de 300.000 dólares.
Curiosamente, una de sus señas de identidad, su corta melena rubia, fue una decisión que tomó de manera espontánea a raíz de su icónico posado para la edición británica de la revista Vogue. El estilista Sam McKnight, que acabaría por convertirse en su peluquero personal, fue el encargado de peinarla en aquella ocasión y optó por recoger su cabellera bajo una tiara para que diera la impresión de que era más corta. El resultado final le gustó tanto a Diana que se puso en sus manos con confianza ciega para que creara su inolvidable peinado.
"Cuando acabamos, ella me preguntó qué estilo le recomendaría si me diera carta blanca, y le respondí: 'Lo cortaría todo'. Tenía un pelo fabuloso, pero había llegado el momento de hacer un cambio, y creo que ella también pensaba lo mismo. Me dijo: 'De acuerdo, ¿te parece bien si lo hacemos ahora?'. Y así fue", recordó McKnight en un artículo para Vogue Australia, en el que reconoce que en un principio no se planteó que su creación pudiera dar tanto de qué hablar.
"Estábamos en julio y me había marchado a París por trabajo, y entonces empezaron a inundarme a llamadas acerca de Diana. Entonces me di cuenta de que el cambio de look había tenido una gran repercusión".
De sus años junto a Diana, él recuerda más su capacidad para hacer que cualquiera se sintiera cómodo en su presencia, a pesar de que era una de las personas más famosas del mundo, que su elegancia innata.
"Viajé mucho con ella y me cambió la vida por completo. Me llevó a lugares como los hospicios de la Madre Teresa en la India y a los campos de refugiados en la fronteras de Afganistán y Pakistán, porque quería que viéramos el trabajo que hacía. Como su estilista, mi trabajo era ayudarla a preparase, pero quería que su equipo fuera más allá. Fue una época maravillosa y jamás habría tenido la oportunidad de ver esos lugares de no ser por ella".