Ilse Salas considera que ser una 'niña bien' no es motivo de orgullo

Ilse Salas se alzó con el Ariel a Mejor Actriz —categoría en la que estaba nominada con Yalitza Aparicio, por el filme Roma— por su papel de Sofía en la cinta de Alejandra Márquez Abella; luego de este triunfo la histrión hizo un análisis de los cambios de la élite mexicana de los 80 con la actual y lamentó que haya quien considere que ser llamada niña bien sea motivo de orgullo.

“Sí hay diferencia con las mujeres en los 80 y ahora, sin embargo, hay más similitudes; sigue siendo un halago que te llamen niña bien y una vez que nos adentramos en el concepto, ver de dónde viene, la verdad es que no nos explicamos cómo eso puede ser algo que se celebre, seguir siendo niña cuando eres una mujer.

“Ser dependiente, apéndice de un hombre de tu familia, de tu esposo, (con) una incapacidad de sobrellevar cualquier crisis económica, política, social, espiritual… lo que se quiera. Sin embrago, sigo oyendo a niñas de 20 años diciendo que son bien, orgullosamente”, consideró Ilse, en entrevista con Quién.

Encarnar a Sofía en el filme Las niñas bien le permitió refrendar esa idea, pero consideró que el largometraje tuvo tanto éxito gracias a que el retrato que realizaron de aquellas mujeres que se vieron obligadas a afrontar la pérdida de sus fortunas y su statu quo en el sexenio de José López Portillo fue lo más honesta posible.

“Tuvo su estrella, porque es el resultado de un trabajo muy profundo y lleno de ganas de contar una historia, todos los involucrados estábamos muy ilusionados de hacer la película como Alejandra la quería, siempre que haces algo con tanta honestidad, solita toma su curso y fue increíble, que nos ha dado muchas sorpresas”, aseguró Salas.

Otro papel de impacto

Ilse también compartió su experiencia al darle vida en la pantalla de Netflix a otra mujer que marcó una época: Diana Laura Riojas, quien le hizo frente al asesinato de su esposo, el candidato presidencial Luis Donaldo Colosio. La actriz hizo eco de lo importante que es mirar al pasado para evitar cometer los mismos errores.

“Es importante revistar nuestra historia reciente, sobre todo ese año (1994) que fue tan terrible para México y entender de dónde viene esta ola de violencia, que es de años atrás y estoy segura que empezó antes, pero ahí estalló sin ningún control, no sé si nos sirva para modificar las cosas, es difícil entender quién maneja el poder en este país. Es un trago doloroso pero necesario”, dijo.

Un llamado a favor de la cultura

Como muchos actores, Salas también alzó la voz para pedir a la administración federal actual que tome conciencia de lo importante que es impulsar la cultura nacional en todas sus expresiones y no únicamente aquella, que es fundamental, que se da en los pueblos originarios. Sincera aceptó que en la actualidad querer vivir, por ejemplo de hacer teatro subvencionado es casi imposible.

“Tenemos que adaptarnos a muchas cosas por los momentos rudísimos que está viviendo el país y el mundo en general, pero tampoco podemos quedarnos callados cuando creemos que se están equivocando, creo que en el caso de cultura, ni que decir en salud y educación, no es un lujo, y no solamente pertenece a los pueblos originarios.

“Los que trabajamos creando cultura, generamos empleos, identidad, paz, empatía y son de los pocos lugares donde convergemos todas las clases sociales y sentimos que pertenecemos a lo mismo, así que no puede ser subestimada, porque es una necesidad, cualquier país en situación de guerra, como México, una de las válvulas de escape es la proyección cultural”, enfatizó.

Ante esta falta de impulso Salas pidió que los que nos gobiernen “se enamoren de la cultura, que vean cómo te sacan de lugares de violencia y lo digo por experiencia, cuando descubrí mi pasión en el teatro me alejé de cualquier vicio, porque no tenía tiempo de otra cosa que no fuera hablar a través del arte y si me pasó a mí, le puede pasar a más gente”, finalizó Ilse.