Beyoncé acabó pesando casi cien kilos al final de su segundo embarazo
Al margen de un par de imágenes que ella misma seleccionó y compartió en sus redes sociales, Beyoncé pasó casi la totalidad de su segundo embarazo retirada de la vida pública y por ello fueron muy pocos los detalles que trascendieron de esa etapa tan especial para su familia.
Ahora la cantante acaba de estrenar el documental 'Homecoming' en Netflix acerca de su actuación en el festival de música de Coachella de 2018 y ese nuevo proyecto, que ha llegado acompañado de un disco sorpresa del mismo nombre, ha ofrecido un acercamiento a los preparativos para que se subiera de nuevo al escenario menos de un año después de la llegada al mundo de sus gemelos Sir y Rumi en junio de 2017. Y no fue un proceso en absoluto sencillo.
"Mi cuerpo pasó por muchos más cambios de lo que jamás pensé que podría soportar. El día que di a luz pesaba 98 kilos. Tuve un embarazo extremadamente difícil. Tenía la presión alta, y desarrollé preeclampsia. Y el latido del corazón de uno de los bebés se detuvo un par de veces mientras aún estaban en el útero, así que tuvieron que hacerme una cesárea de emergencia", explica la estrella de la música en el documental, que incluye imágenes y videos caseros.
En los meses posteriores al parto la intérprete se enfrentó a una tarea por partida doble: la de recuperarse a nivel físico y la de ponerse lo suficientemente en forma para afrontar su paso por Coachella y dejar el listo bien alto como la primera mujer negra en ser cabeza de cartel. La diferencia con las ocasiones anteriores en que había entrenado para salir de gira era que, como madre de dos recién nacidos y una niña de seis años, ya no podía permitirse ensayar en jornadas maratonianas de 15 horas.
"Al principio tenía espasmos musculares todo el tiempo y a nivel interno, mi cuerpo no parecía estar conectado. Mi mente no estaba a lo que debía estar. En el fondo quería centrarme en mis pequeños. Esa parte, ese sacrificio, es lo que la gente no ve", ha matizado.