Notre Dame: El recuento de los daños
Fragmentos de vitrales medievales de un valor incalculable y un enorme agujero en el techo, donde se derrumbó su aguja. La luz del día revelaba el martes la magnitud de los daños en la catedral de Notre Dame de París, mutilada por un voraz incendio.
Philippe Marsset, vicario general de Notre Dame, fue uno de los primeros en poder entrar en la catedral gótica, cuyos arcos esculpidos estaban ennegrecidos por el humo, la noche del lunes, después que el fuego fuera controlado.
"Era como si hubiera habido un bombardeo", cuenta Marsset a la AFP sobre lo que queda de la iglesia donde fue ordenado sacerdote hace 31 años.
"Todo estaba oscuro, pero en el fondo seguía de pie la gran cruz del altar, iluminada por las llamas. ¡Fue impresionante", describe este vicario que pasó toda la noche en vela junto a su querida iglesia.
Marsset describe como un "infierno" el momento en que se declaró el siniestro en el tejado de la catedral, poco después de que terminara la misa de la noche el lunes.
Los funcionarios de la iglesia corrieron para intentar salvar las pinturas y otros tesoros culturales, antes de ser evacuados por los bomberos.
Pese a los inestimables daños, no todo se perdió. Nuestra Señora, una estatua de Virgen María, fue descubierta casi intacta y la mayoría de las vidrieras del templo, incluido el magnífico rosetón redondo que domina la fachada occidental de la iglesia, se salvaron.
"Todos estamos estupefactos. Es más que milagroso, es heroico", dice Marsset, refiriéndose a la labor de los bomberos que trabajaron incansablemente para salvar esta catedral, patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
Según el portavoz de los bomberos de París, Gabriel Plus, el balance material es "dramático": "todo el tejado está siniestrado, toda la armadura quedó destruida, una parte de la bóveda se derrumbó, la aguja ya no existe".
La corona de espinas y la túnica de San Luis, dos reliquias importantes, pudieron sin embargo ser salvadas de las llamas, indicó monseñor Patrick Chauvet, el rector de la catedral.
Las estatuas monumentales que decoraban el tejado se libraron por poco del siniestro, después de haber llegado la semana pasada al suroeste de Francia para ser restauradas, en cambio el gallo relicario que coronaba la aguja se quemó antes de ser enviado para su renovación.
"Desgraciadamente el gallo se quemó", lamentó el martes Patrick Palem, expresidente pero todavía consejero de la Socra, la empresa de encargada de restaurar los 12 apóstoles y los cuatro evangelistas de cobre, que datan del siglo XIX y que el jueves pasado fueron sacadas en helicóptero de la aguja que rodeaban.
El gallo de la aguja iba a ser descolgado en junio para ser enviado a los talleres de la Socra (Restauración y Conservación de Obras de Arte y Monumentos históricos).
Horror en Notre Dame 😭 pic.twitter.com/1aWhWEYX7l
— Fly The World USA (@GoFlyTheWorldUS) April 16, 2019
Este gallo, también de cobre, albergaba según la Iglesia reliquias de Santa Genoveva y Saint Denis, así como un fragmento de la corona de espinas de Cristo, que debía proteger a los parisinos.
La restauración de las dieciséis estatuas "está por ahora suspendida y aplazada, esta no es la prioridad" declaró a la AFP Palem, especialista desde hace 40 años de la restauración del patrimonio.
Esta obra de restauración de las estatuas estaba valorada por la Socra en "unos 400.000 euros", dijo, e iban a ser devueltas a su lugar en 2022.
"La prioridad es una obra a mayor escala, la reconstrucción y la renovación de NotreDame que podría durar entre 15 y 20 años, probablemente por un costo de varios cientos de millones de euros", consideró.
Estas estatuas fueron instaladas durante la reconstrucción de la aguja de la catedral, dirigidas entre 1859 y 1860 por el arquitecto Eugène Viollet-le-Duc, que se hizo representar a sí mismo como Santo Tomás. La aguja original fue construida en 1250, y después desmontada en los años 1786-1792.
"Años de obras"
Restaurar el edificio requerirá "años de obras", estimó el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Francesa, Eric de Moulins-Beaufort.
"Para responder a múltiples demandas", la Fundación del Patrimonio lanzará el martes una "colecta nacional" para la reconstrucción de Notre Dame, anunció en un comunicado a la AFP.
Por la noche, la familia Pinault, una de las más ricas de Francia, anunció la donación de 100 millones de euros para Notre Dame.
El presidente francés, Emmanuel Macron, quien al visitar el lugar se vio invadido por la emoción, aseguró que "se lanzará una suscripción nacional" y que "más allá de nuestras fronteras, llamaremos a los mayores talentos [...] que vendrán a contribuir, y reconstruiremos".
'Tenía que venir'
El alivio era también grande entre los parisinos, que descubrían el martes por la mañana que la fachada y las dos torres de la catedral seguían de pie.
Christophe Provot, un estudiante de historia de 25 años y ferviente católico, pasó toda la noche en la Ile de la Cité, el barrio en el centro de París donde se alza NotreDame, rezando y cantando junto a desconocidos.
"Vine a eso de las 10 de la noche, cuando escuché en la tele que quizás no era posible salvarla", dice, pálido por el cansancio.
Mientras tanto, en las orillas del Sena, decenas de parisinos y turistas se detenían el martes para mañana para tomar fotografías o contemplar el lugar de la catástrofe, muchos de ellos aún incrédulos.
"Estoy devastada, aunque dejé de ser católica desde hace mucho tiempo", dice Claire, de 88 años, a la AFP, mientras mira desde lo lejos la catedral. "Fue aquí que me bautizaron", añade.
Aurora, una italiana de 33 años que vive en París desde hace cinco años, se levantó a las seis de la mañana, tomó su bicicleta y vino "como para rendir homenaje a un viejo pariente enfermo".
"Anoche un colega mío gritaba: 'Victor Hugo, por favor, apaga el fuego desde el cielo", sonríe. "Notre Dame es como la Torre Eiffel, es como mi abuela. Como si el Coliseo de Roma se hubiera quemado. Tenía que venir".