Roma desentrañada por Yalitza Aparicio, Marina de Tavira y Alfonso Cuarón
La película Roma, de Alfonso Cuarón, obtuvo este martes 10 nominaciones al Oscar: Mejor Director, Mejor Película, Mejor Actriz (Yalitza Aparicio), Mejor Actriz de Reparto (Marina de Tavira), Mejor Película Extranjera, Mejor Mezcla de Sonido (Skip Lievsay, Craig Henighan y José Antonio García), Mejor Edición de Sonido (Sergio Díaz y Skip Lievsay), Diseño de Producción, Mejor Guión Original y Mejor Cinematografía.
. Alfonso Cuarón a puntó la cámara hacia su pasado. Protagonizada por Marina de Tavira y Yalitza Aparicio, Roma es su película más íntima porque cuenta la historia de su familia y su país a través de los alter egos de su madre y de su nana, Libo.
Marina mira al cielo, hacia donde la psicología dice que se apunta para hacer uso de la memoria. Ahí se queda unos segundos, escarbando en recuerdos y sus ojos se humedecen. Está suspendida entre presente y pasado porque se le hizo una pregunta: “¿Qué se siente estar en la Sala Grande y escuchar que anuncian tu nombre en italiano?”.
La actriz, quien interpreta a una madre y ama de casa que lidia con la ausencia de su esposo, recuerda cuando presentó Roma en el Festival Internacional de Cine de Venecia, en donde el filme resultó ganador del León de Oro.
Ahí estaba junto a la coprotagonista Yalitza Aparicio y el cineasta Alfonso Cuarón, antes de presentar al mundo el filme más íntimo de este director mexicano, catalogado por medios especializados como una obra maestra y que fue elegido para representar a México en el rubro de Película Extranjera en el Oscar. “No sé ni cómo explicarlo... Lo veo como un regalo de la vida”, dice Marina por fin.
“He disfrutado cada paso de mi carrera y a todo le pongo la misma pasión. Pero de pronto sucede que haces algo que te lleva a ese lugar. De pronto estaba en una butaca, al lado de Yali y Alfonso”.
Ese asiento, que luego se replicaría en los festivales de cine de Toronto, Nueva York, Telluride y Morelia, se convirtió en la constatación del lugar histórico que ocupará en la cinematografía mexicana este filme que retrata la vida de una familia de clase media durante la represión política y social por parte del gobierno mexicano, durante los años 70.
Contada desde la óptica de Libo, quien fuera su nana en la vida real y que en pantalla lleva el nombre de Cleo, la cinta es una carta de amor a México y sus mujeres.
“Existen estas mujeres que son como heroínas de la vida diaria y que no necesariamente son sufragistas, escritoras o quienes tienen una mirada pública. Son las que levantan todos los días a los niños, los visten para ir a la escuela, les hacen la comida, hacen con ellos la tarea, incluso también trabajan y se vuelven cabezas de familia”.
CÁTEDRA DE ACTUACIÓN
Los ojos de Yalitza Aparicio . A punto de salir a presentar Roma en la Mostra de Venecia, se contempla en un espejo del Hotel Excelsior. Nunca antes había estado tan lejos de casa, de Tlaxiaco, Oaxaca, aun cuando de niña soñaba con viajar; lo más que había llegado fue a Veracruz.
“Era sorprendente verme con ese vestido. Tenía ganas de llorar. Nunca había visto una alfombra roja, tenía nervios muy grandes y no sabía si debía caminar o parar para las fotos”, recuerda.
Yalitza tampoco había actuado nunca. Lo hizo, por primera vez, a un mes de graduarse como licenciada en Educación, cuando un equipo de casting llegó hasta su comunidad.
No sabía nadar tampoco, sin embargo se sumergió en el mar para rodar una de las escenas. ¿La razón? Yalitza volcó toda su confianza en un director del que, se sincera, no sabía nada antes de esta experiencia. Aun así, la oaxaqueña se entregó al papel de Cleo y revivió las memorias que Cuarón guarda sobre su nana Libo. Ahora, frente a los espejos, se pregunta si su futuro está en las aulas o los sets.
“Sé que mi vida ha cambiado, dio un giro muy grande. Pero igual sé que amo dar clases, amo enseñar, y el cine no es tan lejano. También es una forma de enseñar, tal vez con más alcance que ser maestro. Pero si eligiera el cine, tendría que ponerme a estudiar”, dice la maestra.
VISIÓN MAGISTRAL
La lente es una extensión de la vista de Alfonso Cuarón. Así ha sido desde que entrecerró un ojo y se asomó a una Super 8, su primera cámara. Pero su visión del mundo como una película había nacido mucho antes, cuando era un niño y era cuidado por su nana Libo.
“Ésta es una película en la que el personaje principal, por un lado, sí es esta trabajadora doméstica, Cleo, que es la representación de uno de los seres que más amo en mi vida, pero a la vez es una película en la que el personaje es el país”, revela el cineasta.
En Roma, que representará a México en los premios Oscar, Cuarón vierte toda su esencia para hacer un homenaje a quien lo cuidara, a su familia, al México de los años 70 y a ese lugar en el que creció y al que tanto amor le tiene: la colonia Roma.